En un avance científico sin precedentes, la empresa de biotecnología Colossal Biosciences ha anunciado la creación de tres cachorros con características genéticas del lobo gigante, una especie extinta hace aproximadamente 13,000 años. Este logro representa el primer caso exitoso de «desextinción» mediante edición genética y marca un hito en los esfuerzos para recuperar especies perdidas.
La tecnología detrás de la «resurrección»
Los investigadores de Colossal, empresa valorada en 10,000 millones de dólares, lograron editar 20 genes de lobos grises modernos para incorporar características clave del lobo gigante. El proceso comenzó con la recuperación y análisis de ADN antiguo extraído de dos fósiles: un cráneo de 72,000 años encontrado en Idaho y un diente de 13,000 años hallado en Ohio.
«Obtener el genoma fue realmente difícil, no vivían en climas fríos, por lo que el ADN no estaba tan bien conservado», explicó Beth Shapiro, directora científica de Colossal y profesora de la Universidad de California en Santa Cruz.
El procedimiento implicó la modificación genética de células de lobo gris, enfocándose en rasgos distintivos como el gran tamaño, la fuerte musculatura y el pelaje blanco. Posteriormente, estas células modificadas fueron insertadas en óvulos de perros domésticos e implantadas en hembras de razas grandes que sirvieron como madres sustitutas.
Los nuevos especímenes: Rómulo, Remo y Khaleesi
El resultado son tres cachorros saludables: dos machos de seis meses llamados Rómulo y Remo, y una hembra de dos meses de edad llamada Khaleesi. Estos ejemplares presentan características visibles del antiguo lobo gigante, incluyendo un pelaje denso y pálido, una cola inusualmente tupida y vello en forma de melena alrededor del cuello.
Los científicos reportan que los cachorros son aproximadamente un 20-25% más grandes que los lobos grises de su misma edad, y se espera que alcancen un peso de hasta 63 kilogramos en su etapa adulta. Actualmente, los animales permanecen en una instalación privada de más de 800 hectáreas ubicada en una zona no revelada del norte de Estados Unidos.
Debates científicos sobre la verdadera «desextinción»
Si bien Shapiro describe este logro como «el primer caso de éxito de desextinción», algunos científicos mantienen reservas sobre esta afirmación. Adam Boyko, genetista de la Universidad de Cornell que no participó en el proyecto, reconoce que es «emocionante que podamos hacer versiones funcionales de especies extintas», pero cuestiona si estos ejemplares pueden considerarse verdaderos lobos gigantes resucitados.
«No están siendo criados en manadas de lobos gigantes, donde podrían aprender el comportamiento de esos lobos», señaló Boyko. «Y no están comiendo una dieta antigua, por lo que no están adquiriendo el conjunto único de microbios intestinales de sus antepasados.»
Además, aunque los animales portan 20 genes de lobo gigante, Boyko especula que la diferencia genética total podría ser mucho mayor: «No sabemos cuál es ese número. Podrían ser 20, o podrían ser 2,000.»
Implicaciones para la conservación actual
Paralelamente al proyecto del lobo gigante, Colossal también anunció la clonación exitosa de cuatro ejemplares de lobo rojo, una especie en peligro crítico de extinción. Los cachorros, llamados Hope, Blaze, Cinder y Ash, fueron creados mediante una innovadora técnica de clonación sanguínea no invasiva.
Este avance podría tener aplicaciones inmediatas para la conservación de especies amenazadas. La introducción hipotética de estos clones en Carolina del Norte, donde se concentra la pequeña población de lobos rojos salvajes, podría mejorar la diversidad genética y ayudar a evitar la extinción de la especie.
Consideraciones éticas y prácticas
A pesar del entusiasmo científico, surgen interrogantes sobre las implicaciones prácticas de reintroducir especies extintas en ecosistemas modernos. Los enormes animales que constituían la presa natural de los lobos gigantes ya no existen o sobreviven en pequeñas poblaciones, lo que plantea dudas sobre la viabilidad de estos depredadores en el mundo actual.
Julie Meachen, paleontóloga de la Universidad de Des Moines, expresó sentimientos encontrados: «Todos mis sentimientos de niña pequeña me dicen que quiero ver cómo son, pero tengo dudas. Tenemos problemas con los lobos que tenemos hoy.»
En efecto, tanto los lobos grises como los lobos rojos enfrentan amenazas significativas, incluyendo la caza y la pérdida de hábitat. El mes pasado, 60 organizaciones ecologistas protestaron contra un proyecto de ley en el Congreso estadounidense que eliminaría a los lobos grises de la lista de especies en peligro de extinción, una medida que podría aumentar su vulnerabilidad.
Colaboración con comunidades nativas
Colossal ha establecido colaboraciones con varias comunidades nativas americanas interesadas en el proyecto. La Nación MHA (Mandan, Hidatsa y Arikara) de Dakota del Norte ha manifestado su apoyo a la iniciativa del lobo gigante.
«Su presencia nos recordaría nuestra responsabilidad como administradores de la Tierra», afirmó Mark Fox, presidente tribal de la Nación MHA, en una declaración difundida por la empresa.
El futuro de la desextinción
Este avance con los lobos gigantes representa un paso significativo en los esfuerzos de desextinción de Colossal, que también trabaja en proyectos más ambiciosos como la recuperación del mamut lanudo y el dodo, un ave no voladora extinta hace tres siglos.
Sin embargo, cada especie presenta desafíos únicos. Mientras que con los lobos, los científicos pudieron aprovechar años de investigación sobre clonación canina, la creación de mamuts implicaría fecundación in vitro con elefantes asiáticos, algo nunca antes logrado, y la resurrección del dodo requeriría introducir un embrión modificado en un huevo de cáscara dura.
Por ahora, los tres cachorros de «lobo gigante» permanecerán en cautiverio, donde los científicos monitorearán su desarrollo y salud, atentos a cualquier cambio inesperado en su biología. Como señaló Shapiro: «Me encantaría conocer el comportamiento natural de un lobo gigante, pero esencialmente viven el estilo de vida Ritz Carlton de un lobo. No pueden clavarse una astilla sin que lo sepamos.»