A pesar del recrudecimiento de las tensiones comerciales con Estados Unidos y la Unión Europea, China mantiene firme su objetivo de crecimiento económico para 2025 en torno al 5%, evidenciando su confianza en la resiliencia interna de su economía.
Una economía resistente ante la presión externa
Frente a la imposición de nuevos aranceles a productos estratégicos como los vehículos eléctricos, China ha minimizado públicamente el impacto de estas medidas. Según las autoridades, los fundamentos económicos internos siguen sólidos y el país posee suficiente margen de maniobra para enfrentar las presiones externas.
Este año, el gigante asiático busca alcanzar un crecimiento de aproximadamente el 5%, similar al registrado en 2023, cuando el PIB creció un 5,2%. Para lograrlo, se están implementando políticas de estímulo centradas en reforzar el consumo interno, respaldar a las pequeñas y medianas empresas y dinamizar sectores clave como la infraestructura y la innovación tecnológica.
Tensiones comerciales y estrategias de diversificación
Las recientes tensiones con Estados Unidos, exacerbadas por nuevos aranceles en sectores sensibles como el automotriz y el tecnológico, y las advertencias de Europa sobre prácticas comerciales desleales, han llevado a China a intensificar su estrategia de diversificación comercial.
En este sentido, Pekín ha profundizado relaciones con otros mercados emergentes, especialmente en Asia, África y América Latina, buscando reducir su dependencia del comercio con economías occidentales y fortalecer nuevas alianzas estratégicas.
El mercado interno como pilar de estabilidad
La apuesta por un mercado interno más robusto es uno de los ejes centrales de la política económica china. Según las autoridades, impulsar el consumo doméstico será crucial para sostener el crecimiento ante un contexto global más incierto.
De hecho, se espera que el consumo interno y la inversión en sectores de alta tecnología compensen las eventuales caídas en las exportaciones, afectadas por la ralentización económica mundial y las nuevas barreras comerciales.
Perspectivas económicas globales
China representa alrededor del 18% del PIB mundial, por lo que su desempeño económico tiene un impacto significativo a nivel global. En un momento en que las principales economías muestran señales de desaceleración y persiste la incertidumbre geopolítica, el cumplimiento del objetivo chino de crecimiento podría ser un factor clave para la estabilidad económica internacional.
Si bien las tensiones comerciales y las condiciones financieras globales más restrictivas presentan riesgos, Pekín mantiene su apuesta por el dinamismo interno, la innovación y la apertura controlada al exterior como estrategias para alcanzar sus metas económicas en 2025.