La tensión diplomática entre China y la Unión Europea se intensificó esta semana tras la inclusión de dos bancos chinos en el decimoctavo paquete de sanciones europeas contra Rusia por la guerra en Ucrania. El ministro chino de Comercio, Wang Wentao, trasladó una protesta formal a su homólogo europeo, Maros Sefcovic, durante una videoconferencia celebrada el martes, apenas dos días antes de una cumbre bilateral crucial programada para este jueves en Pekín.
Dos bancos rurales en el centro de la controversia
Las sanciones europeas, anunciadas el viernes pasado, incluyen específicamente al Banco Rural Comercial de Suifenhe y al Banco Rural Comercial de Heihe, dos pequeñas instituciones financieras ubicadas en ciudades cercanas a la frontera chino-rusa. Estas medidas forman parte del esfuerzo de la UE por obstaculizar la maquinaria de guerra de Rusia, acusando a estos bancos de contribuir a la ofensiva militar rusa en territorio ucraniano.
La elección de estos bancos no es casual. Su ubicación estratégica en zonas fronterizas los convierte en puntos clave para las transacciones financieras entre China y Rusia, especialmente en un contexto donde Moscú busca alternativas para eludir las sanciones occidentales.
Respuesta diplomática china: «profunda insatisfacción» y amenaza de represalias
El Gobierno chino no tardó en manifestar su rechazo categórico a estas medidas. El portavoz del Ministerio de Comercio, He Yongqian, expresó que Beijing está «profundamente insatisfecho» con las sanciones y se opone «firmemente» a lo que considera acciones unilaterales sin fundamento en el derecho internacional.
«China siempre se ha opuesto a las sanciones unilaterales que no tienen fundamento en el Derecho Internacional y no están autorizadas por el Consejo de Seguridad de la ONU», declaró He Yongqian durante una rueda de prensa, calificando las acusaciones contra las instituciones financieras chinas como «infundadas».
El Ministerio de Comercio chino fue más allá en sus críticas, señalando que las acciones europeas «contradicen el consenso alcanzado por los líderes de China y la Unión Europea» y han tenido un «grave impacto negativo en las relaciones económicas y comerciales entre China y la UE y en la cooperación financiera».
Presión diplomática previa a las sanciones
Según fuentes familiarizadas con los intercambios diplomáticos, Beijing había ejercido una intensa presión tras bambalinas para evitar la inclusión de los bancos en el paquete de sanciones. Durante una reunión con la principal diplomática de la UE, Kaja Kallas, a principios de este mes, el ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi, advirtió en «tres o cuatro ocasiones» que habría una respuesta si se incluían las instituciones bancarias chinas.
Esta presión diplomática evidencia la importancia que China otorga a sus relaciones financieras con Rusia y su determinación de proteger a sus empresas de las consecuencias del conflicto ucraniano.
Cumbre China-UE: un encuentro bajo tensión
La controversia se desarrolla en vísperas de la cumbre China-UE programada para este jueves 24 de julio en Pekín, que marca el 50 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambas partes. El encuentro reunirá al presidente chino Xi Jinping con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa.
António Costa había señalado previamente que la relación bilateral tiene un papel «crucial» a nivel global y expresó su intención de abordar todos los aspectos de la agenda común con las autoridades chinas. Por su parte, Bruselas ha indicado que planteará cuestiones como el acceso al mercado chino, la guerra en Ucrania, el cambio climático y la situación en Oriente Medio.
Contexto del decimoctavo paquete de sanciones europeas
El nuevo paquete de sanciones adoptado por la UE incluye medidas adicionales para obstaculizar el esfuerzo bélico ruso, entre ellas la reducción del tope de precio a las exportaciones petroleras rusas. La inclusión de las entidades chinas representa una escalada significativa en el alcance de las medidas restrictivas europeas, extendiendo su impacto más allá de las fronteras rusas.
La postura ambigua de China frente al conflicto ucraniano
Desde el inicio del conflicto en Ucrania, Beijing ha mantenido una posición cuidadosamente calibrada. Por un lado, ha pedido diálogo entre las partes enfrentadas, pero por otro, se ha negado a condenar expresamente la invasión rusa o a sumarse a las sanciones impuestas por Occidente.
Esta postura ha generado tensiones crecientes con las potencias occidentales, que ven en China un facilitador indirecto del esfuerzo bélico ruso a través del mantenimiento de relaciones comerciales y financieras normales con Moscú.
Implicaciones económicas y comerciales
China ha exigido categóricamente a la UE que «ponga fin de inmediato a la práctica indebida de incluir en la lista a empresas e instituciones financieras chinas» y ha prometido «tomar las medidas necesarias para salvaguardar firmemente los derechos e intereses legítimos» de sus compañías.
Esta promesa de represalias podría traducirse en medidas comerciales contra empresas europeas o restricciones en el acceso al mercado chino, lo que añadiría una nueva dimensión de complejidad a las ya tensas relaciones económicas entre China y la UE.
Futuro de la relación China-UE
La crisis actual pone a prueba la capacidad de ambas partes para mantener un diálogo constructivo en medio de diferencias fundamentales sobre el conflicto ucraniano. La cumbre del jueves se presenta como una oportunidad crucial para evaluar si es posible encontrar un terreno común o si las divergencias continuarán profundizándose.
El resultado de estos intercambios diplomáticos tendrá implicaciones significativas no solo para las relaciones bilaterales China-UE, sino también para la arquitectura global de sanciones contra Rusia y la respuesta internacional al conflicto en Ucrania.