El mayor fabricante de vehículos eléctricos del mundo atraviesa un periodo crítico marcado por la contracción de sus ventas, el debilitamiento de su rentabilidad y problemas de calidad que han obligado a retirar más de 210.000 unidades en lo que va del año. La situación expone las fisuras de un modelo de crecimiento que ahora debe enfrentar una competencia feroz en el mercado doméstico chino y barreras comerciales crecientes en sus planes de expansión internacional.

Tres meses de retroceso en un mercado cada vez más competido

BYD Co. registró en noviembre una entrega de 480.186 vehículos, lo que representa una caída del 5,3% respecto al mismo mes de 2023. Se trata del tercer descenso mensual consecutivo para la compañía china, una tendencia que cobra particular relevancia al producirse durante el último trimestre del año, tradicionalmente el periodo de mayor actividad comercial en el sector automotriz.

La contracción resulta aún más significativa considerando que se produce justo antes del vencimiento, el 31 de diciembre, de la exención total de impuestos para vehículos de nueva energía en China, un incentivo que habitualmente impulsa a los consumidores a acelerar sus decisiones de compra antes del cierre del año fiscal.

Erosión de cuota de mercado y fatiga del consumidor

El desempeño de BYD sugiere un posible agotamiento de su propuesta comercial entre los consumidores chinos. La compañía enfrenta una pérdida de participación de mercado tanto en el segmento de consumo masivo como en el de gama alta, presionada por la renovada oferta de Geely Automobile Holdings Ltd. y por el éxito de los modelos de Xiaomi Corp., particularmente el YU7, que han capturado la atención de un público que antes gravitaba hacia BYD.

Esta erosión de cuota refleja la maduración de un mercado de vehículos eléctricos chino que se ha vuelto extraordinariamente competitivo y saturado, donde la diferenciación tecnológica y de diseño resulta cada vez más difícil de sostener.

Desafío para alcanzar objetivos anuales

Con los números actuales, BYD necesita vender aproximadamente 418.000 unidades en diciembre para cumplir con su objetivo anual ajustado de 4,6 millones de vehículos. Este reto se produce en medio de un desplome de las ganancias en trimestres consecutivos, con una caída del 33% en los beneficios del tercer trimestre.

La compañía se ha visto atrapada en los esfuerzos del gobierno chino por regular una industria de vehículos eléctricos que creció de manera descontrolada, con medidas drásticas contra los descuentos agresivos que habían sido precisamente una de las estrategias centrales de BYD para impulsar sus ventas en un entorno cada vez más reñido.

Exportaciones: un punto positivo insuficiente

Las exportaciones constituyeron el único elemento destacable en el informe de noviembre, con 131.935 unidades enviadas al exterior. Sin embargo, este volumen no resultó suficiente para compensar la debilidad de la demanda en el mercado interno, que sigue siendo el motor principal del negocio de BYD.

Los planes de expansión internacional de la compañía enfrentan obstáculos considerables. El aumento de barreras comerciales en Europa y Norteamérica limita la capacidad de BYD para desviar volúmenes del saturado mercado chino hacia otros destinos, restringiendo así una válvula de escape natural para el exceso de capacidad productiva.

Brasil: un caso de éxito en medio de la turbulencia

Mientras el panorama en China se complica, BYD Auto Brasil alcanzó el hito de 10.000 automóviles producidos en su fábrica de Camaçari, en el estado de Bahía. El logro llega apenas unas semanas después de la inauguración oficial del complejo industrial el pasado 9 de octubre, lo que evidencia una velocidad de producción notable.

En la planta brasileña ya se fabrican tres modelos: Dolphin Mini, King y Song Pro. A principios de noviembre, la empresa inició un segundo turno de producción con 120 empleados trabajando durante la noche, una medida que marca una nueva fase de expansión y refuerza el compromiso con el aumento de la producción y la generación de empleo en la región.

El complejo industrial de Camaçari tiene capacidad para producir 150.000 vehículos al año en su primera fase, y 300.000 en una etapa posterior. Durante la inauguración, el fundador y director ejecutivo de BYD, Wang Chuanfu, anunció al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que duplicaría la meta, alcanzando eventualmente 600.000 vehículos por año una vez que la planta opere a plena capacidad.

La fábrica de Camaçari representa el mayor complejo de manufactura de BYD fuera de China y opera con gran velocidad para abastecer a más de 200 concesionarios distribuidos en todas las regiones de Brasil. Desde el inicio de sus operaciones hace poco más de tres años, BYD Auto Brasil ha registrado más de 100.000 vehículos 100% eléctricos en territorio nacional y lidera el ranking de vehículos eléctricos de batería, con ventas que superan en más de siete veces a la marca ubicada en segundo lugar.

Tyler Li, presidente de BYD en Brasil, destacó que «la producción de 10.000 vehículos marca un momento histórico para nuestra compañía. Este resultado es fruto de la dedicación de cada colaborador, de nuestro compromiso con la calidad y de la confianza que nuestros clientes depositan en la marca».

Crisis de calidad: más de 210.000 vehículos retirados en 2024

Los problemas de BYD no se limitan a las ventas. La compañía ha retirado hasta ahora más de 210.000 vehículos durante 2024 por diversas fallas de seguridad, una cifra que plantea interrogantes sobre los controles de calidad en medio de una expansión acelerada.

El retiro más reciente involucra 88.981 híbridos enchufables del modelo Qin PLUS DM-i, producidos entre enero de 2021 y septiembre de 2023. Según el regulador del mercado de China, estos vehículos «pueden tener una salida de potencia limitada debido a problemas con la consistencia de los paquetes de baterías durante el proceso de producción». En casos extremos, los automóviles no podrán conducir en modo completamente eléctrico, señaló la autoridad.

A mediados de octubre, BYD había anunciado su retiro más grande hasta la fecha, con más de 115.000 vehículos Tang y Yuan Pro producidos entre 2015 y 2022, debido a defectos de diseño y riesgos de seguridad relacionados con la batería.

En septiembre, la compañía había retirado casi 97.000 vehículos eléctricos Dolphin y Yuan Plus debido a un fallo de fabricación en una unidad de control de dirección que representaba riesgos de incendio. Adicionalmente, casi 7.000 SUV híbridos enchufables todoterreno fueron retirados en otras acciones correctivas.

Un momento difícil para el gigante chino

La confluencia de caída en ventas, retroceso en rentabilidad, problemas masivos de calidad y un entorno competitivo más adverso configura un escenario complejo para BYD. La compañía, que durante años fue el símbolo del éxito de la industria china de vehículos eléctricos, debe ahora demostrar que puede adaptarse a un mercado doméstico saturado, competir efectivamente contra rivales cada vez más sofisticados y resolver sus problemas de control de calidad sin sacrificar el ritmo de producción.

La apuesta internacional, especialmente en mercados como Brasil, ofrece una ventana de oportunidad, pero el cierre de mercados clave en Europa y Norteamérica mediante barreras arancelarias limita el margen de maniobra. El desempeño de BYD en los próximos meses será determinante para evaluar si se trata de un bache temporal o del inicio de una nueva fase más desafiante para el mayor fabricante de vehículos eléctricos del mundo.