La economía japonesa enfrenta una compleja coyuntura comercial que combina presiones arancelarias internacionales con desafíos regulatorios domésticos. Las exportaciones niponas hacia Estados Unidos experimentaron una contracción del 11% en mayo, mientras que el sector automotriz, pilar de la economía del país asiático, se ve particularmente afectado por las políticas comerciales de la administración Trump y simultáneamente debe lidiar con importantes retiros masivos de vehículos por defectos de seguridad.
Déficit comercial se intensifica por segundo mes consecutivo
Por segunda ocasión consecutiva, Japón registró un déficit en su balanza comercial, con importaciones que superaron las exportaciones en 637.600 millones de yenes, equivalentes a 4.400 millones de dólares. Este resultado refleja el deterioro de las condiciones comerciales del país, particularmente en su relación con Estados Unidos, que representa aproximadamente el 20% de las exportaciones japonesas totales.
El impacto más significativo se concentra en las exportaciones automotrices hacia el mercado estadounidense, que experimentaron una caída del 24,7% interanual en mayo. Esta contracción cobra especial relevancia considerando que el sector automotriz representa aproximadamente el 8% del empleo total en Japón y alberga fabricantes de alcance global como Toyota, Honda y Nissan.
Aranceles estadounidenses presionan la industria japonesa
La administración de Donald Trump ha implementado una estructura arancelaria que incluye un arancel base del 10% para la mayoría de las naciones, complementado con gravámenes adicionales específicos sobre automóviles, acero y aluminio. A inicios de abril, Trump anunció un arancel «recíproco» adicional del 24% dirigido específicamente a Japón, aunque posteriormente suspendió su implementación de forma temporal.
El primer ministro japonés Shigeru Ishiba ha expresado su preocupación por estas medidas, declarando que «una serie de aranceles impuestos por Estados Unidos, que representa aproximadamente una cuarta parte del PIB mundial y cerca del 20% de las exportaciones de Japón, está afectando las ganancias de muchas empresas japonesas».
Negociaciones bilaterales sin avances concretos
Durante una reunión bilateral celebrada el lunes entre Ishiba y Trump, las conversaciones no derivaron en acuerdos específicos. «Como aún hay puntos en los que ambas partes no coinciden, no hemos alcanzado un acuerdo sobre el paquete en su conjunto», reconoció el primer ministro japonés tras el encuentro.
Tokio ha mantenido su posición de insistir en la necesidad de excluir a su industria automotriz de los aranceles estadounidenses, argumentando que las medidas perjudican no solo a Japón, sino también a consumidores y empresas en Estados Unidos. El superávit comercial de Japón con Estados Unidos se redujo 4,7% interanual en mayo, marcando el primer retroceso en cinco meses, mientras que las importaciones japonesas desde ese país cayeron 13,5%.
Mitsubishi enfrenta masivo retiro de vehículos por defectos de seguridad
En paralelo a las tensiones comerciales, la automotriz Mitsubishi anunció el retiro del mercado estadounidense de más de 198.000 vehículos tras detectar un defecto crítico en el software del sistema de infoentretenimiento. El problema afecta específicamente a los modelos SUV Outlander y Outlander PHEV, donde una programación incorrecta puede provocar el bloqueo de la visualización de la cámara de reversa, incumpliendo las normas federales de seguridad vial.
Según el informe de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA), el defecto está presente en 198.900 unidades de los modelos Outlander de los años 2022 a 2024 y Outlander PHEV de los años 2023 a 2025. Los vehículos afectados fueron fabricados entre principios de febrero de 2021 y finales de diciembre de 2024 para los Outlander, y entre finales de septiembre de 2022 y abril de 2025 para los Outlander PHEV.
Impacto técnico y respuesta corporativa
El defecto identificado puede causar que la pantalla del sistema de infoentretenimiento se congele o muestre una pantalla negra, impidiendo la correcta visualización de la imagen de la cámara de reversa al retroceder el vehículo. Esta situación aumenta significativamente el riesgo de accidentes, especialmente en maniobras de estacionamiento o reversa en espacios reducidos.
Mitsubishi Motors North America ha confirmado que hasta el momento no ha recibido reportes de lesiones o fallecimientos relacionados con este defecto. La compañía implementará una solución que consiste en la reprogramación del sistema de infoentretenimiento con un «software de contramedida», servicio que será proporcionado sin costo para los propietarios en concesionarios autorizados.
Patrón de defectos similar en la industria automotriz
El caso de Mitsubishi se enmarca en una tendencia más amplia de problemas técnicos relacionados con cámaras de reversa en la industria automotriz. Volvo incluyó aproximadamente 413.000 vehículos en un retiro a principios de mayo por fallas similares, mientras que más de 27.800 unidades del Polestar 2 de los años 2021 a 2025 fueron llamadas a revisión por problemas de visualización en la pantalla de la cámara trasera. Adicionalmente, Porsche Cars North America retiró más de 8.500 crossovers eléctricos Macan por inconvenientes que también afectaban el funcionamiento de la cámara de retroceso.
Mitsubishi traslada costos arancelarios a consumidores
Como respuesta directa a las presiones arancelarias, Mitsubishi Motors anunció un incremento promedio del 2,1% en los precios de sus vehículos en Estados Unidos, convirtiéndose en la automotriz más reciente en trasladar a los consumidores el aumento de costos provocado por los aranceles de la administración Trump.
El aumento del 2,1% en el precio ponderado por ventas entró en vigor tras la reanudación de entregas desde los puertos a los concesionarios estadounidenses, las cuales habían sido suspendidas temporalmente en abril cuando Trump impuso aranceles del 25% a la importación de automóviles desde Japón.
Perspectivas de crecimiento pese a adversidades
A pesar de las dificultades, Mitsubishi reportó un crecimiento del 11% en sus ventas estadounidenses durante los primeros tres meses de 2025, tras registrar 110.000 unidades vendidas en 2024, un aumento del 26% que representa el mejor desempeño de la marca en el país desde 2019.
La compañía ha comunicado importantes inversiones globales en nuevos vehículos y tecnologías, incluyendo las actualizaciones del nuevo Outlander 2025, el desarrollo de un nuevo vehículo eléctrico a batería para el mercado estadounidense, y el estudio de un desarrollo conjunto con Nissan para fabricar un nuevo modelo en Estados Unidos en los próximos años.
Escalada arancelaria amenaza estabilidad económica bilateral
La advertencia del primer ministro Ishiba sobre que «el escenario actual podría tener un grave impacto tanto en Japón como en Estados Unidos, así como en la economía mundial, directa e indirectamente» cobra mayor relevancia ante las declaraciones de Trump de la semana pasada, donde declaró que podría volver a aumentar próximamente los aranceles al sector automotor.
Esta escalada de tensiones comerciales se refleja también en las acciones de otros fabricantes: Subaru of America incrementó los precios de varios modelos entre 750 y 2.055 dólares según el modelo y versión, mientras que Ford Motor elevó los precios de tres modelos producidos en México hasta en 2.000 dólares, convirtiéndose en uno de los primeros grandes fabricantes en reaccionar a los aranceles trumpistas.
La confluencia de presiones arancelarias, defectos de seguridad masivos y la necesidad de mantener competitividad en el mercado estadounidense presenta un escenario complejo para la industria automotriz japonesa, que debe navegar simultáneamente entre desafíos comerciales internacionales y obligaciones regulatorias domésticas mientras busca preservar su posición en uno de sus mercados más importantes.