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miércoles, octubre 1, 2025

ANDE perdió US$ 341 millones por despilfarro energético en 2024 y proyecta recorte presupuestario para infraestructura en 2026

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La Administración Nacional de Electricidad (ANDE) reveló en su Memoria Anual 2024, publicada recientemente tras una prolongada espera, cifras alarmantes sobre el despilfarro de energía eléctrica que enfrenta la estatal paraguaya. Las pérdidas económicas derivadas de fallas técnicas y conexiones irregulares representan un severo golpe a las finanzas de la empresa y evidencian desafíos estructurales que persisten en el sistema eléctrico nacional.

Hemorragia energética equivalente a nueve represas Acaray

Durante el ejercicio fiscal 2024, la ANDE desperdició 6.933.583 megavatios hora (MWh) entre sus líneas de transmisión y redes de distribución. Esta cifra, calculada a partir de los 26.153.605 MWh entregados al mercado nacional, representa una pérdida económica de US$ 341.062.947,8 al multiplicarse por la Tarifa Media Nacional de 49,19 dólares.

Para dimensionar la magnitud del despilfarro, la energía perdida equivale a la producción bruta anual de nueve centrales hidroeléctricas con la capacidad de Acaray, cuya generación en 2024 alcanzó 767.745 MWh. Esta comparación ilustra la gravedad de un problema que drena recursos equivalentes a múltiples plantas de generación operando simultáneamente.

Pérdidas técnicas: un diagnóstico pendiente de soluciones concretas

La estatal clasifica las pérdidas en dos categorías principales: técnicas y no técnicas. En el primer rubro, la ANDE implementó herramientas de análisis basadas en datos históricos y algoritmos para detectar grandes consumidores no registrados, utilizando reconectadores telecomandados para delimitar bloques de medición.

Adicionalmente, la empresa contrató servicios de la consultora internacional Ceare, con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para establecer metodologías de cálculo de pérdidas técnicas en distribución. Este estudio permitió discriminar pérdidas en redes de media y baja tensión, así como cuantificar el despilfarro en equipos transformadores.

El documento culmina con la elaboración del «Plan Maestro de Gestión y Control para la Reducción de las Pérdidas Eléctricas en Distribución», aunque los resultados concretos de estas iniciativas aún no se reflejan en las cifras anuales.

Criptominería clandestina: el enemigo visible

En el ámbito de las pérdidas no técnicas, la ANDE intensificó su lucha contra el robo de energía en el sector de criptominería, identificado como uno de los principales focos de conexiones irregulares que afectan los ingresos, la calidad del servicio y la infraestructura del sistema.

Durante 2024, la empresa intervino 33 granjas de criptominería de gran porte, con una potencia total instalada de aproximadamente 89 megavatios, equivalente a casi 50% de la potencia generada por la represa de Acaray. El valor del robo en este sector se aproximó a G. 18.690 millones mensuales, evidenciando la magnitud del impacto económico de esta modalidad delictiva.

Presupuesto 2026: menos recursos para infraestructura crítica

En un escenario que contrasta con las necesidades reveladas por las pérdidas energéticas, la ANDE presentó ante la Comisión Bicameral de Presupuesto su plan de gastos para 2026, que totaliza USD 1.988 millones (G. 16 billones), representando una reducción del 2% respecto al presupuesto en ejecución.

La cifra más preocupante corresponde a la inversión en infraestructura: USD 511 millones, un 16,2% menos que en 2025. De este monto, solamente USD 340 millones se destinarán a obras de mejoramiento y distribución, cuando el Plan Maestro estima una necesidad anual de USD 500 millones exclusivamente para este rubro.

Brecha entre inversión real y necesidades estructurales

El presidente de la ANDE, ingeniero Félix Sosa, reconoció mejoras en la inversión en infraestructura durante los últimos años, con un promedio de USD 300 millones desde 2020. Sin embargo, advirtió que estos avances fueron posibles gracias a desembolsos realizados desde 2009, incluyendo préstamos que actualmente están venciendo y deben ser cancelados.

«Nosotros nos estamos acercando a las necesidades reales, pero todavía es insuficiente. Estamos mejorando esas inversiones. Se necesitan más recursos. Por eso es que nosotros estamos trabajando con el Ministerio de Economía y Finanzas en acciones muy concretas», expresó el titular de la estatal.

El horizonte 2030: consumo total de potencia disponible

Según estimaciones de la empresa, Paraguay consumirá la totalidad de su potencia eléctrica disponible entre 2030 y 2033, lo que plantea un desafío adicional de generación. Ante este escenario, Sosa confirmó que la ANDE apuesta fuertemente a que las nuevas inversiones en generación provengan del sector privado.

«Necesitamos diversificar la matriz energética y también diversificar la generación», afirmó el funcionario, quien además planteó la necesidad de una reingeniería de la deuda para liberar recursos destinados a inversión.

La combinación de pérdidas millonarias por despilfarro energético, reducción presupuestaria en infraestructura y un horizonte de agotamiento de capacidad instalada configura un panorama complejo para la ANDE, que deberá equilibrar sus compromisos financieros con las inversiones urgentes que demanda el sistema eléctrico nacional.

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