A más de los distintos sectores económicos del país que están cumpliendo con medidas de suspensión de actividades para evitar la aglomeración de personas y así la propagación del nuevo coronavirus, el de la construcción está recibiendo un fuerte impacto negativo, al ser un rubro que emplea entre 30 mil y 40 mil personas, ya que aproximadamente el 50% está parado, según mencionó Raúl Constantino, titular de la Cámara Paraguaya de Desarrolladores Inmobiliarios (Capadei), ayer.
“La mayor preocupación de la Capadei es que la gente pueda llevar alimentos a la casa, porque sabemos del efecto multiplicador de este sector y no hablamos solo de los obreros, sino de la cantidad de gente que involucra desde el transporte, los que proveen de alimentos en los alrededores, el copetín de la esquina, el quinielero y demás, por lo que hay que tener cuidado al tomar decisiones apresuradas”, expresó.
En cuanto a las actividades, dijo que no todo está parado, pero sí en un 50% las obras no se están realizando, y si se evalúa en base a la cantidad de empleos estimativos, mínimamente unas 15.000 que son jornaleros no están llevando para el alimento a la casa, dijo. Por lo que solicitan al Gobierno que trace las líneas de modo a que se establezca de qué manera actuar, si paran todas las obras o si continúan a medias con las medidas recomendadas, teniendo en cuenta que se trata de un sector muy sensible y vulnerable a lo que está pasando.
Explicó que en el rubro de la construcción y del desarrollo inmobiliario dependen mucho de las empresas contratistas, que es donde se está dando la disminución de trabajo y personal, teniendo en cuenta las recomendaciones por la cuarentena.
Así también, el presidente de la Cámara Paraguaya de la Construcción (Capaco), José Luis Heisecke, a través del mismo medio, indicó que “el sector privado es el más afectado, por la baja importante de empleados. En las obras públicas, no hay suspensión”.
En lo que respecta a las obras del interior del país, donde están en tipo campamentos entre 50, 80 a 100 personas siguen trabajando de forma normal, sí a los mayores de 60 años enviaron a sus casas. En tanto que los trabajadores de la zona urbana, que es donde más se siente la baja, es porque muchos no pueden llegar hasta sus lugares de trabajo por falta de colectivo, aclaró.
La Nación