La misa dominical del pasado 31 de mayo contó con la presencia de fieles que acudieron a la Plaza de San Pedro a escuchar al sumo pontífice por primera vez desde hace tres meses, respetando las medidas de distanciamiento social.
“¡Hoy que la plaza está abierta, podemos volver, es un placer!”, dijo el papa Francisco, saludando a la multitud dispersada; alrededor de 1.500, según el servicio de prensa del Vaticano, pero lejos de la masiva afluencia que convoca a turistas y peregrinos de todo el mundo, informó AFP.
A finales de marzo el jefe de la iglesia había ofrecido una homilía histórica bajo una lluvia incesante y en una plaza desierta, imagen que recorrió el mundo.