El ciento por ciento de los comercios del Ciudad del Este está parado y eso ya generó una pérdida de 50 mil puestos de trabajo aproximadamente. Es la estimación que realiza el vicepresidente de la Cámara de Comercio de CDE, Juan Vicente Ramírez. Explica que la estructura comercial esteña está diseñada y pensaba para el mercado externo, por lo que el cierre de fronteras genera un daño muy grave a la economía.
En un diálogo con Economía, el dirigente gremial menciona que el cierre de los negocios por la crisis sanitaria, repercute directamente en la pérdida de puestos de trabajos de unos 50 mil paraguayos.
Recuerda que ya llevan 3 meses sin ninguna actividad comercial, y eso no solamente produjo un gran número de desempleados sino el cierre de varios negocios que ya no soportan la crisis.
Si bien el Gobierno Nacional anunció que se adelantará la apertura de los centro de compras, «en Ciudad de Este la expectativa es casi nula porque la actividad comercial está pensada en el mercado externo, en este caso el brasileño», refirió Ramírez.
Al respecto de la mesa de trabajo que reunió a ministros del Poder Ejecutivo y representantes del comercio esteño, Ramírez mencionó que pasaron dos semanas y no tuvieron retorno a sus propuestas.
Reiteró que los socios de la Cámara están en condiciones de cooperar con el Gobierno para el equipamiento de los centros sanitarios, sea con Unidades de Cuidados Intensivos como insumos médicos para una eventual contingencia sanitaria. No obstante, son conscientes que existe una presión de la opinión pública que también influye sobre las decisiones del Gobierno.
La Cámara propone una apertura gradual de la frontera y un estricto sistema de vigilancia para el cumplimiento del protocolo sanitario. Además, están en condiciones de cooperar para la delimitación de un cerco sanitario a fin de evitar cualquier riesgo de contagio. Conforme a las explicaciones del vicepresidente del gremio de comerciantes del microcentro «es posible abrir los negocios y proteger la salud de la ciudadanía».
A tres meses del cierre de la frontera con Brasil, el movimiento comercial de la capital del Alto Paraná se redujo a cero, según remarca Ramírez y si no se llegó a un cierre masivo se debe a que algunos propietarios de shopping tomaron la decisión de exonerar a los inquilinos.
Por ahora solo aguardan que se avance en los planes de reactivación económica y se proteja a los miles de compatriotas que están sin empleos, sea como trabajadores de los comercios como los emprendedores individuales que venden en la vía pública.
En el caso de Ramírez también se unió a un grupo de voluntarios que están promoviendo iniciativas como Reinventate CDE que pretende ayudar a los emprendedores con capital semilla y otras alternativas de inversiones para retomar sus actividades y desarrollar negocios sustentables.
La Cámara de Comercio de CDE integra 130 socios, en su mayoría, extranjeros residentes en el país. La mayor parte de sus tiendas están concentrados en el microcentro, donde también están asentados los principales centros comerciales.