La justicia de Fráncfort ha prohibido a la empresa estadounidense Apple utilizar la etiqueta «carbono neutral» en su Apple Watch Series 9, desenmascarando una compleja red de compensaciones de emisiones basadas en plantaciones de eucalipto en Paraguay y Brasil. La sentencia, que responde a una demanda del grupo ambientalista Deutsche Umwelthilfe (DUH), representa un duro golpe contra las prácticas de «greenwashing» corporativo y pone en evidencia las consecuencias socioambientales de estos proyectos en territorio paraguayo.

El fallo judicial que cuestiona la neutralidad de carbono

El Tribunal Regional de Fráncfort del Meno determinó que la publicidad de Apple sobre su reloj inteligente como «producto neutro en CO2» violaba la ley alemana de competencia por resultar engañosa para los consumidores. La empresa tecnológica había comercializado este dispositivo en 2023 como su primer producto carbono neutral, sustentando esta afirmación en una combinación de uso de energías renovables, reciclaje de materiales y créditos de compensación obtenidos mediante plantaciones forestales en Sudamérica.

La decisión judicial se fundamentó en una investigación conjunta de Climate Tracker y Consenso, con apoyo del Pulitzer Center, que reveló que los supuestos «bosques» de compensación eran en realidad plantaciones industriales de eucaliptos. Más crítico aún, el tribunal constató que el 75% de las plantaciones en Paraguay solo cuentan con contratos de arrendamiento garantizados hasta 2029, sin que Apple pudiera asegurar la continuidad del proyecto más allá de esa fecha.

«No hay un futuro seguro para la continuación del proyecto forestal», concluyó el comunicado judicial, exponiendo la fragilidad de las garantías corporativas detrás de estas iniciativas climáticas.

Impacto ambiental y sanitario en San Pedro

Las comunidades del departamento de San Pedro, donde se desarrollan las plantaciones vinculadas a los créditos de carbono de Apple, han denunciado graves consecuencias para su salud y medio ambiente. Los pobladores reportan exposición directa a pesticidas altamente tóxicos, incluyendo glifosato —clasificado como probable cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud— y fipronil, un insecticida cuyo uso está restringido en la Unión Europea.

La falta de controles adecuados en la aplicación de estos agroquímicos ha generado problemas respiratorios entre los habitantes. Además, las plantaciones han provocado una drástica disminución en la producción agrícola local y el agotamiento de fuentes hídricas, con arroyos y pozos que se han secado debido a la alta demanda de agua de los eucaliptos.

Los ecologistas denominan a estas plantaciones «desiertos verdes» por su impacto en la biodiversidad y los recursos hídricos. El monocultivo de eucalipto no solo degrada el ecosistema, sino que al ser eventualmente utilizado como leña o carbón, vuelve a emitir gases de efecto invernadero, contradiciendo el supuesto beneficio climático.

Violaciones a la legislación paraguaya

La investigación reveló que las plantaciones de eucalipto utilizadas por Apple para generar créditos de carbono violan la normativa paraguaya sobre uso de agroquímicos. Específicamente, no se respetan las distancias mínimas establecidas para fumigaciones cercanas a escuelas ni se cumple con el requisito de aviso previo para la aplicación de pesticidas e insecticidas como glifosato, haloxyfop, fipronil y sulfluramida, varios de ellos considerados posibles cancerígenos con efectos documentados sobre el agua y los ecosistemas.

Esta situación plantea interrogantes sobre la supervisión del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (SENAVE) y la necesidad de que su análisis jurídico sobre la aplicación de regulaciones de agroquímicos en plantaciones forestales influya tanto en la nueva política forestal del país como en la reglamentación de la ley de créditos de carbono.

El cuestionado mercado de créditos de carbono

El fallo judicial reabre el debate sobre la credibilidad de los créditos de carbono basados en plantaciones forestales, un modelo que Paraguay ha promovido activamente con respaldo del Estado, bancos multilaterales y fondos de inversión. Además de Apple, gigantes tecnológicos como Meta y Microsoft han invertido en proyectos similares en Latinoamérica a cambio de estos créditos.

Jürgen Resch, director de DUH, señaló en un comunicado que «la supuesta captura de carbono en plantaciones comerciales de eucaliptos es limitada a solo unos años, las garantías de los contratos a futuro no son suficientes y la integridad ecológica de estos monocultivos no están garantizados». Esta declaración cuestiona la permanencia y efectividad real de estos mecanismos de compensación.

Apple intentó defender sus prácticas argumentando que el sistema de fondos de reserva de Verra —organismo verificador de créditos de carbono— proporcionaba estabilidad a sus proyectos. Sin embargo, el tribunal consideró insuficiente este respaldo, ya que los créditos no aseguran la continuidad de los bosques una vez finalizados los contratos de arrendamiento.

Implicaciones para Paraguay y el futuro de la compensación de carbono

El caso cobra particular relevancia para Paraguay considerando que Paracel, otra empresa forestal operando en el país, fue una de las principales impulsoras del acuerdo de compra-venta de créditos de carbono entre Paraguay y Singapur, rubricado en 2025. Este convenio podría enfrentar cuestionamientos similares si no se establecen garantías sólidas de permanencia, integridad ecológica y respeto a las comunidades locales.

La presión regulatoria internacional contra el greenwashing está aumentando. La Unión Europea implementará en septiembre de 2026 nueva legislación que restringe el uso de términos como «carbono neutral», lo que ha llevado a Apple a anunciar que eliminará gradualmente esta etiqueta de sus productos. Un portavoz de Apple indicó que el fallo judicial alemán «confirmó ampliamente nuestro riguroso enfoque hacia la neutralidad de carbono», aunque se negó a comentar sobre una posible apelación.

La empresa sostiene que su estrategia climática se centra en reducir emisiones mediante energías limpias y diseño con bajas emisiones de carbono, complementado con créditos verificados. No obstante, el tribunal evidenció que la publicidad de Apple no fue resultado de un error, sino de un discurso climático que prometía más de lo que podía demostrar en términos de permanencia real.

Este precedente judicial establece un estándar más riguroso para las afirmaciones corporativas sobre neutralidad de carbono y exige que las estrategias de sostenibilidad sean verificables, transparentes y no generen daños socioambientales en las comunidades donde se implementan. Para Paraguay, representa una oportunidad de revisar críticamente sus políticas sobre plantaciones forestales y créditos de carbono, priorizando el bienestar de las comunidades locales y la preservación genuina del medio ambiente sobre los intereses de grandes corporaciones multinacionales.

La justicia de Fráncfort ha prohibido a la empresa estadounidense Apple utilizar la etiqueta «carbono neutral» en su Apple Watch Series 9, desenmascarando una compleja red de compensaciones de emisiones basadas en plantaciones de eucalipto en Paraguay y Brasil. La sentencia, que responde a una demanda del grupo ambientalista Deutsche Umwelthilfe (DUH), representa un duro golpe contra las prácticas de «greenwashing» corporativo y pone en evidencia las consecuencias socioambientales de estos proyectos en territorio paraguayo.

El fallo judicial que cuestiona la neutralidad de carbono

El Tribunal Regional de Fráncfort del Meno determinó que la publicidad de Apple sobre su reloj inteligente como «producto neutro en CO2» violaba la ley alemana de competencia por resultar engañosa para los consumidores. La empresa tecnológica había comercializado este dispositivo en 2023 como su primer producto carbono neutral, sustentando esta afirmación en una combinación de uso de energías renovables, reciclaje de materiales y créditos de compensación obtenidos mediante plantaciones forestales en Sudamérica.

La decisión judicial se fundamentó en una investigación conjunta de Climate Tracker y Consenso, con apoyo del Pulitzer Center, que reveló que los supuestos «bosques» de compensación eran en realidad plantaciones industriales de eucaliptos. Más crítico aún, el tribunal constató que el 75% de las plantaciones en Paraguay solo cuentan con contratos de arrendamiento garantizados hasta 2029, sin que Apple pudiera asegurar la continuidad del proyecto más allá de esa fecha.

«No hay un futuro seguro para la continuación del proyecto forestal», concluyó el comunicado judicial, exponiendo la fragilidad de las garantías corporativas detrás de estas iniciativas climáticas.

Impacto ambiental y sanitario en San Pedro

Las comunidades del departamento de San Pedro, donde se desarrollan las plantaciones vinculadas a los créditos de carbono de Apple, han denunciado graves consecuencias para su salud y medio ambiente. Los pobladores reportan exposición directa a pesticidas altamente tóxicos, incluyendo glifosato —clasificado como probable cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud— y fipronil, un insecticida cuyo uso está restringido en la Unión Europea.

La falta de controles adecuados en la aplicación de estos agroquímicos ha generado problemas respiratorios entre los habitantes. Además, las plantaciones han provocado una drástica disminución en la producción agrícola local y el agotamiento de fuentes hídricas, con arroyos y pozos que se han secado debido a la alta demanda de agua de los eucaliptos.

Los ecologistas denominan a estas plantaciones «desiertos verdes» por su impacto en la biodiversidad y los recursos hídricos. El monocultivo de eucalipto no solo degrada el ecosistema, sino que al ser eventualmente utilizado como leña o carbón, vuelve a emitir gases de efecto invernadero, contradiciendo el supuesto beneficio climático.

Violaciones a la legislación paraguaya

La investigación reveló que las plantaciones de eucalipto utilizadas por Apple para generar créditos de carbono violan la normativa paraguaya sobre uso de agroquímicos. Específicamente, no se respetan las distancias mínimas establecidas para fumigaciones cercanas a escuelas ni se cumple con el requisito de aviso previo para la aplicación de pesticidas e insecticidas como glifosato, haloxyfop, fipronil y sulfluramida, varios de ellos considerados posibles cancerígenos con efectos documentados sobre el agua y los ecosistemas.

Esta situación plantea interrogantes sobre la supervisión del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (SENAVE) y la necesidad de que su análisis jurídico sobre la aplicación de regulaciones de agroquímicos en plantaciones forestales influya tanto en la nueva política forestal del país como en la reglamentación de la ley de créditos de carbono.

El cuestionado mercado de créditos de carbono

El fallo judicial reabre el debate sobre la credibilidad de los créditos de carbono basados en plantaciones forestales, un modelo que Paraguay ha promovido activamente con respaldo del Estado, bancos multilaterales y fondos de inversión. Además de Apple, gigantes tecnológicos como Meta y Microsoft han invertido en proyectos similares en Latinoamérica a cambio de estos créditos.

Jürgen Resch, director de DUH, señaló en un comunicado que «la supuesta captura de carbono en plantaciones comerciales de eucaliptos es limitada a solo unos años, las garantías de los contratos a futuro no son suficientes y la integridad ecológica de estos monocultivos no están garantizados». Esta declaración cuestiona la permanencia y efectividad real de estos mecanismos de compensación.

Apple intentó defender sus prácticas argumentando que el sistema de fondos de reserva de Verra —organismo verificador de créditos de carbono— proporcionaba estabilidad a sus proyectos. Sin embargo, el tribunal consideró insuficiente este respaldo, ya que los créditos no aseguran la continuidad de los bosques una vez finalizados los contratos de arrendamiento.

Implicaciones para Paraguay y el futuro de la compensación de carbono

El caso cobra particular relevancia para Paraguay considerando que Paracel, otra empresa forestal operando en el país, fue una de las principales impulsoras del acuerdo de compra-venta de créditos de carbono entre Paraguay y Singapur, rubricado en 2025. Este convenio podría enfrentar cuestionamientos similares si no se establecen garantías sólidas de permanencia, integridad ecológica y respeto a las comunidades locales.

La presión regulatoria internacional contra el greenwashing está aumentando. La Unión Europea implementará en septiembre de 2026 nueva legislación que restringe el uso de términos como «carbono neutral», lo que ha llevado a Apple a anunciar que eliminará gradualmente esta etiqueta de sus productos. Un portavoz de Apple indicó que el fallo judicial alemán «confirmó ampliamente nuestro riguroso enfoque hacia la neutralidad de carbono», aunque se negó a comentar sobre una posible apelación.

La empresa sostiene que su estrategia climática se centra en reducir emisiones mediante energías limpias y diseño con bajas emisiones de carbono, complementado con créditos verificados. No obstante, el tribunal evidenció que la publicidad de Apple no fue resultado de un error, sino de un discurso climático que prometía más de lo que podía demostrar en términos de permanencia real.

Este precedente judicial establece un estándar más riguroso para las afirmaciones corporativas sobre neutralidad de carbono y exige que las estrategias de sostenibilidad sean verificables, transparentes y no generen daños socioambientales en las comunidades donde se implementan. Para Paraguay, representa una oportunidad de revisar críticamente sus políticas sobre plantaciones forestales y créditos de carbono, priorizando el bienestar de las comunidades locales y la preservación genuina del medio ambiente sobre los intereses de grandes corporaciones multinacionales.