Whirlpool Corporation, el principal fabricante de electrodomésticos con sede en Michigan, ha anunciado una inversión de US$300 millones destinada a expandir su capacidad productiva en Estados Unidos, consolidando su presencia manufacturera en momentos en que los aranceles implementados por la administración Trump han generado un escenario favorable para los productores nacionales. Este movimiento estratégico refleja una reconfiguración competitiva en la industria y posiciona a la compañía como beneficiaria directo de las políticas comerciales proteccionistas.
La inversión se concentrará en dos plantas emblemáticas ubicadas en Ohio: la instalación de Clyde, operativa desde 1952 y reconocida como la fábrica de lavadoras más grande del mundo, y la planta de secadoras de Marion, que celebró recientemente su séptimo decenio de operaciones. Esta apuesta de capital representa un compromiso renovado con la manufactura estadounidense y genera entre 400 y 600 nuevos empleos directos en ambas operaciones, con impactos laborales indirectos que alcanzarían aproximadamente 5.000 puestos de trabajo adicionales en la cadena de suministro y economía local.
Diferencial competitivo mediante la producción nacional frente a competidores extranjeros
La decisión de Whirlpool de ampliar su capacidad productiva en EE.UU. responde a una realidad competitiva que ha transformado el panorama industrial. Aproximadamente el 80 por ciento de las ventas de electrodomésticos de la compañía en el mercado estadounidense provienen de sus fábricas nacionales, una proporción significativamente superior a la de sus competidores directos, quienes en promedio representan apenas el 25 por ciento de producción doméstica. Esta ventaja competitiva se ha acentuado con los aranceles arancelarios que han presionado a los fabricantes extranjeros, permitiendo a Whirlpool capitalizar su estructural apego a la producción estadounidense.
Adicionalmente, la compañía mantiene una cadena de suministro profundamente integrada nacionalmente: el 96 por ciento del acero utilizado en sus plantas estadounidenses se obtiene a nivel doméstico, lo que refuerza su independencia de vulnerabilidades logísticas y comerciales internacionales. Esta posición fortalecida le permite responder ágilmente a las fluctuaciones arancelarias y a las preferencias de los consumidores estadounidenses por productos fabricados localmente.
Escala industrial y legado manufacturero de cuatro décadas
La inversión de US$300 millones consolida la posición de Whirlpool como el principal actor manufacturero en la industria de electrodomésticos estadounidense. La compañía opera diez plantas de fabricación a lo largo del país que emplean a más de 14.000 trabajadores directos, integrados dentro de una fuerza laboral total de 20.000 empleados en territorio estadounidense. La instalación de Clyde, en particular, representa un hito en la historia industrial norteamericana: siendo la fábrica de lavadoras más grande del planeta, ha mantenido operaciones ininterrumpidas desde 1952, mientras que Marion se aproxima a ocho décadas de producción tras celebrar su aniversario número 70 en septiembre.
Estos complejos manufactureros no son meras instalaciones productivas, sino referencias de continuidad industrial que han sostenido economías locales durante generaciones. La inversión anunciada representa una ratificación de confianza en estas operaciones consolidadas y proyecta su relevancia futura en la transformación de la industria hacia electrodomésticos de próxima generación, particularmente lavadoras y secadoras de tecnología avanzada.
Contexto financiero y señales de mercado
El anuncio de inversión llega en un momento de volatilidad accionaria para Whirlpool. Las acciones de la compañía, que cotizan en el NYSE bajo el símbolo WHR, experimentaron una caída del 35 por ciento durante los primeros nueve meses del año 2025, reflejando presiones operativas y desafíos de mercado. Sin embargo, la noticia de expansión generó una respuesta positiva inmediata, con las acciones subiendo 1,7 por ciento en las operaciones previas al mercado el día del anuncio, alcanzando cotizaciones próximas a los US$71 por acción, cercano a su mínimo de 52 semanas.
Whirlpool mantiene una capitalización de mercado de US$4.100 millones y reporta ingresos anuales de US$15.500 millones, con un margen de beneficio bruto del 16,3 por ciento. La compañía proyecta que sus ingresos netos crecerán durante el presente año a pesar de los desafíos recientes. En su reporte de resultados del segundo trimestre de 2025, el beneficio por acción continuo alcanzó US$1,34, afectado por pérdidas no monetarias en su división BEKO Europa. Para el año completo, la compañía mantuvo su guía con ventas netas planas y revisó su rango de ganancias por acción entre US$6 y US$8.
Una particularidad que refleja estabilidad corporativa es que Whirlpool ha mantenido ininterrumpidamente el pago de dividendos durante 55 años consecutivos, demostrando resilencia financiera pese a ciclos económicos adversos.
Apoyo institucional y marco regulatorio
La inversión cuenta con respaldo de autoridades y programas de desarrollo regional. JobsOhio, la agencia de desarrollo económico del estado de Ohio, junto con los créditos fiscales estatales, proporcionarán asistencia financiera para respaldar este proyecto. Sin embargo, la finalización de la inversión permanece sujeta a la aprobación final de los incentivos fiscales anunciados, lo que requiere que se cumplan ciertos hitos y compromisos de empleo.
Esta estructura de incentivos refleja una convergencia de intereses entre la estrategia corporativa de Whirlpool y las prioridades de política económica regional, orientadas hacia la retención y expansión de la base manufacturera estadounidense en un contexto de competencia global.
Declaraciones ejecutivas y perspectiva estratégica
Marc Bitzer, presidente y director ejecutivo de Whirlpool Corporation, contextualizó la inversión como una manifestación de compromiso corporativo con tres ejes fundamentales: la creación de empleo de calidad, el fomento de la innovación tecnológica y la provisión de electrodomésticos de alto desempeño fabricados en territorio estadounidense para consumidores nacionales. Su declaración enfatiza que esta expansión no es meramente un ejercicio financiero, sino una declaración de confianza en la competitividad y viabilidad de la manufactura estadounidense en el segmento de electrodomésticos.
Legado histórico y visión de continuidad
Whirlpool Corporation, fundada en 1911, ha mantenido una trayectoria de más de un siglo en la industria estadounidense. La compañía ha evolucionado desde sus inicios como fabricante especializado hasta convertirse en un conglomerado global con operaciones integradas verticalmente. Sin embargo, la inversión anunciada refleja un retorno estratégico al fortalecimiento de su base manufacturera estadounidense, precisamente en un contexto donde esta ubicación representa una ventaja competitiva.
Implicaciones macroeconómicas y proyecciones futuras
La expansión de Whirlpool proyecta un efecto multiplicador en la economía regional de Ohio y nacional. Directamente, la inversión generará entre 400 y 600 empleos de manufactura altamente calificados. Indirectamente, los aproximadamente 5.000 empleos adicionales en cadenas de suministro, logística, distribución y servicios especializados amplificarán el impacto laboral y fiscal. En un contexto donde la manufactura estadounidense ha enfrentado presiones estructurales, esta decisión representa una señal de confianza en la sostenibilidad competitiva de la producción doméstica.
El movimiento de Whirlpool anticipa potencialmente comportamientos similares de otros fabricantes de electrodomésticos, creando un efecto demostrativo que podría incentivar inversiones adicionales en capacidad productiva estadounidense. La combinación de aranceles proteccionistas, preferencias de consumo por productos domésticos y presión regulatoria por nearshoring crea un ambiente que favorece decisiones de inversión como la anunciada por Whirlpool.