Los aranceles impuestos por la administración Trump han provocado una caída del 59,9% en las exportaciones de café instantáneo brasileño a Estados Unidos, mientras Colombia y Vietnam emergen como principales beneficiarios de esta reconfiguración del mercado internacional.
Caída drástica en exportaciones de café soluble brasileño
Las exportaciones brasileñas de café instantáneo hacia Estados Unidos experimentaron una contracción severa durante agosto de 2025, registrando una disminución del 59,9% en comparación con el mismo mes del año anterior. Los envíos se desplomaron hasta los 26.460 sacos de 60 kilogramos, representando también una caída del 50,1% respecto a julio del presente año.
Esta debacle comercial responde directamente al impacto de los aranceles del 50% que Estados Unidos impuso sobre los productos brasileños a principios de agosto, como represalia por el juicio al expresidente brasileño Jair Bolsonaro por su participación en un intento de golpe de Estado contra el actual mandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
«Esta caída repentina es muy preocupante y frustra la expectativa que teníamos de romper un nuevo récord en las exportaciones de café soluble en 2025, superando los 4.093 millones de sacos del año pasado», lamentó Aguinaldo Lima, director ejecutivo de la Asociación Brasileña de la Industria del Café Soluble (Abics).
Impacto generalizado en el comercio bilateral
El panorama general de las exportaciones brasileñas de café soluble refleja el alcance del impacto arancelario. Entre enero y agosto de 2025, Brasil exportó 2.508 sacos de café soluble distribuidos entre 88 países, lo que representa un descenso del 3,9% frente al mismo período de 2024.
A pesar de la significativa reducción en volumen, Estados Unidos mantiene su posición como el principal socio comercial de Brasil para café instantáneo, con importaciones de 443.179 sacos hasta agosto, aunque esto supone una disminución del 3,7% comparado con el año anterior.
Las exportaciones brasileñas de café verde hacia el mercado estadounidense han experimentado una contracción aún más pronunciada, con una caída superior al 75% desde la entrada en vigor de los aranceles el 6 de agosto, según datos de ING Research.
Reconfiguración del mapa comercial global
La imposición de aranceles estadounidenses ha alterado sustancialmente los flujos tradicionales del comercio internacional del café. Argentina emerge como el segundo destino más importante para el café soluble brasileño, registrando un notable repunte del 88,3% hasta alcanzar 236.454 sacos. Rusia ocupa la tercera posición con un crecimiento del 16,8% hasta los 188.041 sacos.
Resulta particularmente significativo el incremento en las importaciones de países tradicionalmente productores de café. Colombia aparece con importaciones de 82.700 sacos, Vietnam con 72.400 sacos y Malasia con 68.800 sacos, todos ellos posicionándose en el ranking de los 15 principales destinos del café instantáneo brasileño.
Colombia y Vietnam capitalizan la oportunidad
Colombia ha experimentado un auge histórico en sus exportaciones cafeteras, alcanzando un valor récord de 5.400 millones de dólares en los últimos 12 meses. La producción acumulada entre septiembre de 2024 y agosto de 2025 llegó a 14,79 millones de sacos, representando un incremento interanual del 18%. Solo en agosto se produjeron 1,24 millones de sacos de 60 kilogramos, un 19% más que en el mismo mes de 2024.
Vietnam también registró un desempeño excepcional durante los primeros ocho meses de 2025, con exportaciones de 1,2 millones de toneladas valoradas en 6.420 millones de dólares, lo que supone un alza interanual del 8,7% en volumen y del 59,1% en valor. Ambos países se benefician de aranceles del 10% o menores al exportar a Estados Unidos, manteniendo sus volúmenes sin alteraciones significativas.
Cafés especiales sufren impacto devastador
El segmento de cafés especiales, caracterizado por su mayor valor agregado, ha experimentado consecuencias particularmente severas. En agosto, Brasil exportó apenas 21.679 sacas de cafés diferenciados a Estados Unidos, registrando una caída del 79,5% en comparación interanual y del 69,6% respecto a julio, según el Consejo de Exportadores de Café de Brasil (Cecafé).
«Muchos contratos que habían sido firmados vienen siendo suspendidos, cancelados o aplazados a pedido de los importadores americanos, ya que los aranceles del 50% sobre los cafés especiales brasileños torna prácticamente inviable la realización de esos negocios», explicaron fuentes del sector.
Volatilidad récord en los mercados financieros
Los mercados de futuros del café han experimentado turbulencias excepcionales durante la semana, con el café Arábica alcanzando máximos históricos debido a las preocupaciones sobre la sequía en Brasil y el impacto de los aranceles estadounidenses. Las fluctuaciones comerciales impulsaron el indicador de volatilidad histórica de 60 días a su nivel más alto desde octubre de 2021.
Las fuertes oscilaciones de precios han sido impulsadas por las preocupaciones sobre la escasez de suministros brasileños, los aranceles y posteriores tomas de ganancias por parte de operadores algorítmicos, llevando la volatilidad en los futuros de Nueva York a un máximo de cuatro años.
Panorama y adaptaciones empresariales
A pesar de la reducción en volúmenes, la facturación total por exportaciones de café soluble brasileño aumentó 33% entre enero y agosto, impulsada por el incremento global de precios. Lima proyecta que podrán «superar los 1.000 millones de dólares en 2025, pasando los 950 millones del año pasado y estableciendo una nueva marca histórica».
En Europa, empresas como Lavazza e Illy evalúan incrementar su presencia local en el mercado estadounidense para esquivar los aranceles y reducir la carga regulatoria. La fortaleza del euro frente al dólar ha ayudado a contener parcialmente el aumento de precios en el mercado europeo.
Los analistas advierten que los consumidores estadounidenses aún no han experimentado el impacto completo en los precios, ya que las grandes tostadoras han recurrido a inventarios acumulados. Sin embargo, esta situación está próxima a cambiar, y las empresas deberán trasladar los mayores costos al consumidor final o modificar sus mezclas recurriendo a café de menor calidad para mantener los precios actuales.