La carrera armamentística global ha experimentado una transformación radical en los últimos años, marcada por el desarrollo acelerado de tecnología hipersónica que está redefiniendo el equilibrio de poder militar mundial. Mientras China y Rusia han logrado consolidar programas avanzados de misiles hipersónicos operativos, Estados Unidos se encuentra en una posición de desventaja temporal que busca revertir mediante inversiones estratégicas y el desarrollo de nuevos sistemas de armas.
China despliega arsenal hipersónico con capacidad antibuque
El reciente desfile militar celebrado en Pekín para conmemorar el 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial se convirtió en una demostración de fuerza sin precedentes. China exhibió su arsenal hipersónico antibuque, incluyendo los modelos YJ-17, YJ-19 y YJ-20, diseñados específicamente para neutralizar portaaviones estadounidenses valorados en 13 mil millones de dólares cada uno.
El presidente Xi Jinping aprovechó la ocasión para enviar un mensaje geopolítico contundente, asegurando que China «nunca será intimidada» y que su ascenso es «imparable». El despliegue en la plaza de Tiananmen mostró no solo misiles hipersónicos, sino también drones de nueva generación, blindados y cazas furtivos, confirmando las ambiciones militares de Pekín.
Las imágenes revelaron por primera vez la completa tríada nuclear china, con un arsenal de misiles nucleares lanzados desde tierra, mar y aire. Entre los sistemas más destacados figuran el DF-61, considerado su misil balístico intercontinental terrestre más reciente, y el DF-31BJ, una versión mejorada de modelos anteriores. El DF-ZF, un vehículo de planeo hipersónico en servicio desde 2020, representa la punta de lanza tecnológica del programa hipersónico chino.
Rusia exhibe capacidades operativas con sistemas Avangard, Zircon y Kinzhal
La Federación Rusa ha apostado por tres sistemas hipersónicos clave que afirma tener operativos: el Avangard (vehículo planeador), el Zircon (misil de crucero) y el Kinzhal, este último derivado de tecnología balística más antigua. El reciente lanzamiento de un misil hipersónico 3M22 Zircon desde la fragata Almirante Golovkó en el mar de Barents, como parte de las maniobras conjuntas «Zapad 2025» con Bielorrusia, demostró las capacidades operativas rusas.
El Zircon puede alcanzar una distancia de hasta 1,000 kilómetros y desplazarse a una velocidad Mach 9, es decir, nueve veces la velocidad del sonido. Sin embargo, informes desde el frente ucraniano han puesto en entredicho la efectividad real de estos sistemas, ya que se han derribado decenas de misiles Kinzhal y Zircon desde 2022, lo que genera interrogantes sobre su verdadera capacidad de evasión.
Estados Unidos planifica respuesta con programas Dark Eagle, ARRW y HACM
Washington ha reconocido su retraso en el desarrollo hipersónico, una situación que Tom Karako, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, atribuye a las prioridades estratégicas de las últimas décadas: «mientras estábamos ocupados con el contraterrorismo, China trabajó en serio en esto. Han tenido una ventaja, pero nos estamos poniendo al día».
El Ejército estadounidense planea desplegar el misil Dark Eagle a finales de este año, mientras que la Fuerza Aérea trabaja en dos proyectos paralelos: el ARRW (Arma de Respuesta Rápida Lanzada desde el Aire) con producción prevista para 2026, y el HACM (Misil de Crucero de Ataque Hipersónico), cuyo desarrollo se completaría en 2027.
La administración Trump ha calificado la tecnología hipersónica como «esencial» para la seguridad nacional, aunque los recursos asignados aún son limitados según expertos del sector. Tom Karako señala que existen «señales modestas» en el presupuesto, pero no una inversión masiva comparable a los programas chino y ruso.
Ventajas estructurales estadounidenses en capacidades navales y aéreas
Pese a los retrasos en tecnología hipersónica, analistas como Todd Harrison del American Enterprise Institute destacan que Estados Unidos mantiene ventajas estructurales significativas. La flota estadounidense cuenta con 11 portaaviones frente a los 3 de China, y posee una capacidad superior para evadir defensas aéreas gracias a sus aviones furtivos.
En este contexto, expertos consultados por Foreign Policy sostienen que la capacidad hipersónica se perfila como una capacidad de nicho, más que como un pilar central de la estrategia militar estadounidense. El panorama no es totalmente negativo para Washington, que conserva supremacía en múltiples dominios militares.
Implicaciones geopolíticas y nuevas alianzas estratégicas
El desfile militar chino adquirió una fuerte carga simbólica por la presencia conjunta de Vladimir Putin y Kim Jong-un, quienes acompañaron a Xi Jinping en la tribuna principal, mostrando un frente de unidad entre China, Rusia y Corea del Norte. Esta demostración de coordinación trasciende la retórica diplomática y se materializa en ejercicios navales conjuntos en el Pacífico Norte.
El presidente Donald Trump ironizó sobre esta alianza, pidiendo que Xi diera sus «más cálidos saludos» a Putin y Kim «mientras conspiran contra Estados Unidos», reflejando la percepción estadounidense sobre esta nueva configuración geopolítica.
Transformación de doctrinas militares y capacidades operativas
Las reformas militares emprendidas por Xi Jinping desde 2015 han buscado superar las debilidades históricas del Ejército Popular de Liberación, creando una fuerza profesional y tecnológicamente avanzada con capacidad para ejecutar operaciones conjuntas en múltiples dominios: tierra, mar, aire, espacio y ciberespacio.
Por su parte, Rusia ha convertido el Pacífico Norte en un laboratorio de poder militar, combinando submarinos nucleares, misiles costeros Bastión y ejercicios que involucran cazabombarderos supersónicos Sukhoi Su-34. La reciente finalización de una patrulla conjunta ruso-china con submarinos simboliza una coordinación operativa que va más allá de las declaraciones políticas.
El futuro de la carrera hipersónica
En esta «carrera hipersónica», el triunfo no se define únicamente por quién dispara primero, sino por quién puede sostener la innovación, integrar la tecnología en su doctrina militar y adaptarse a los desafíos técnicos que implica operar a velocidades extremas. Según datos de 2018, China realizó 20 veces más ensayos hipersónicos que Estados Unidos en la década anterior, evidenciando su compromiso con esta tecnología.
La situación actual refleja un cambio fundamental en el equilibrio militar global, donde la tecnología hipersónica se ha convertido en un marcador clave de capacidades estratégicas. Mientras China y Rusia consolidan sus ventajas, Estados Unidos enfrenta el desafío de acelerar sus programas sin descuidar sus fortalezas tradicionales en otros dominios militares.