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Japón registra su tercer déficit comercial consecutivo por los aranceles de Trump: exportaciones caen 2,6% y el sector automotriz se contrae 28,4%

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La economía japonesa enfrenta un desafío comercial sin precedentes tras registrar en julio su tercer déficit comercial mensual consecutivo, alcanzando los 17.500 millones de yenes (683 millones de euros), en medio de la escalada arancelaria impuesta por la administración de Donald Trump. Las exportaciones globales del país asiático cayeron un 2,6% interanual, marcando su peor desempeño trimestral en más de cuatro años y evidenciando el impacto directo de la guerra comercial estadounidense sobre una de las más grandes potencias asiáticas.

Estados Unidos reduce el superávit comercial japonés en 23,9% con aranceles diferenciados

El intercambio comercial bilateral entre Japón y Estados Unidos, su segundo mayor socio comercial, reflejó las tensiones arancelarias con una reducción significativa del superávit japonés. Aunque Japón mantuvo un saldo positivo de 585.110 millones de yenes (3.600 millones de euros) con la primera economía mundial, esta cifra representó una caída interanual del 23,9%, mientras que las exportaciones hacia territorio estadounidense se contrajeron un 10,1%, situándose en 1,7 billones de yenes (10.030 millones de euros).

Durante julio, Japón enfrentó un arancel base del 10% establecido por Trump en abril, complementado con tarifas adicionales del 25% específicamente dirigidas al sector automotriz japonés. Esta estructura arancelaria diferenciada buscaba presionar tanto el comercio general como la industria automovilística nipona, que representa el 8% del empleo nacional e incluye gigantes corporativos como Toyota y Honda.

Acuerdo comercial reduce aranceles al 15% a cambio de inversión de 550.000 millones de dólares

El 23 de julio, ambos países alcanzaron un acuerdo comercial tras intensas negociaciones que permitió a Japón obtener condiciones más favorables dentro del marco de «aranceles recíprocos» implementado por Washington. El país asiático logró reducir las tarifas generales del inicialmente previsto 25% al 15%, convirtiéndose en la tasa más baja entre las naciones con superávit comercial con Estados Unidos.

Como contrapartida, Japón se comprometió a realizar una inversión directa de 550.000 millones de dólares en territorio estadounidense, una cifra que refleja la magnitud de las presiones comerciales ejercidas por la administración Trump. Los aranceles específicos al sector automotriz también se redujeron al 15%, diez puntos porcentuales por debajo de lo establecido anteriormente, y sin limitaciones en el número de vehículos importados, aunque estas medidas aún no han entrado en vigor.

Sector automotriz experimenta su mayor contracción con caídas del 28,4% en vehículos

La industria automovilística japonesa experimentó el impacto más severo de las medidas arancelarias, con las exportaciones de vehículos (automóviles, autobuses y camiones) hacia Estados Unidos cayendo un 28,4% interanual. Las ventas de repuestos automotrices también se contrajeron significativamente, registrando una disminución del 17,4%, evidenciando el efecto cascada de las tarifas sobre toda la cadena de suministro del sector.

Esta contracción sectorial adquiere particular relevance considerando que la industria automotriz japonesa no solo constituye un pilar del empleo nacional, sino que también representa uno de los sectores más competitivos y tecnológicamente avanzados de la economía nipona en el mercado global.

Déficit comercial global se agudiza con caídas generalizadas en importaciones y exportaciones

A nivel global, el desempeño comercial japonés mostró una contracción generalizada, con exportaciones totales de 9,35 billones de yenes (57.500 millones de euros), un 2,6% menos que el mismo período del año anterior. Las importaciones también disminuyeron un 7,5%, alcanzando 9,47 billones de yenes (58.300 millones de euros), lo que resultó en el déficit comercial mensual de 17.500 millones de yenes.

Esta dinámica comercial negativa refleja no solo el impacto de las tensiones con Estados Unidos, sino también una desaceleración más amplia en los flujos comerciales globales que afecta tanto la demanda externa de productos japoneses como las importaciones de materias primas y productos intermedios necesarios para la producción doméstica.

Relaciones comerciales con socios principales muestran tendencias divergentes

El análisis por países revela un panorama comercial complejo para Japón. Con China, su principal socio comercial, el país asiático registró un déficit de 609.156 millones de yenes (3.750 millones de euros), aunque esta cifra representa una mejora del 4,8% respecto al año anterior, sugiriendo una estabilización en esta relación comercial crucial.

Con la Unión Europea, su tercer socio comercial, Japón enfrentó un deterioro significativo, registrando un déficit de 277.959 millones de yenes (1.710 millones de euros), lo que representa un aumento preocupante del 57,1% interanual. Esta tendencia contrasta con la evolución más favorable observada en América Latina, donde Japón logró reducir su déficit con Brasil un 28,3%, hasta 48.092 millones de yenes (295,7 millones de euros), y con Chile un 8,8%, hasta 85.350 millones de yenes (524,9 millones de euros).

En el caso de México, Japón mantuvo un superávit comercial de 40.739 millones de yenes (250,5 millones de euros), aunque esta cifra experimentó una contracción significativa del 58,2% respecto al año anterior, reflejando las presiones globales sobre el comercio regional.

Japón busca diversificación comercial con nueva zona económica en África y el océano Índico

Como respuesta estratégica a las presiones comerciales y en búsqueda de diversificación de mercados, el primer ministro Shigeru Ishiba propuso durante la novena Conferencia Internacional de Tokio sobre Desarrollo Africano (TICAD) la creación de una «zona económica» común que fortalezca la conectividad regional y promueva un comercio libre y justo en África y la región del océano Índico.

Esta iniciativa, presentada en Yokohama, incluye un ambicioso programa de capacitación para 30.000 personas en inteligencia artificial, desarrollado en colaboración con universidades africanas, la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) y la Universidad de Tokio. El proyecto representa un esfuerzo estratégico por impulsar la cooperación tecnológica y educativa, mientras busca contrarrestar la creciente influencia de China en el continente africano.

Panorama económico e implicaciones para la política comercial japonesa

Los datos comerciales de julio evidencian los desafíos estructurales que enfrenta Japón en un contexto de creciente proteccionismo global y reconfiguración de las cadenas de suministro internacionales. La magnitud de la inversión comprometida con Estados Unidos (550.000 millones de dólares) y la necesidad de diversificar mercados sugieren un período de ajuste significativo para la economía japonesa.

La evolución de estos indicadores comerciales será crucial para evaluar la capacidad de recuperación de la economía nipona y la efectividad de las estrategias de diversificación implementadas por el gobierno de Ishiba. El seguimiento de las próximas cifras mensuales permitirá determinar si las medidas acordadas con Estados Unidos logran estabilizar el intercambio bilateral sin comprometer la competitividad global de los productos japoneses.