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Great Wall Motors inaugura su primera planta latinoamericana en Brasil con inversión de US$ 1.850 millones mientras Lula desafía a automotrices tradicionales: «Las que quieran irse que se vayan»

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El fabricante automotriz chino Great Wall Motors (GWM) marcó un hito estratégico en su expansión internacional al inaugurar oficialmente su primera planta de producción en América Latina, ubicada en Iracemápolis, estado de São Paulo, Brasil. La ceremonia contó con la presencia del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien participó activamente en el ensamblaje del primer vehículo producido localmente y respaldó públicamente la inversión china en el sector automotriz nacional.

Inversión estratégica de R$ 10 mil millones impulsa la industrialización brasileña

La planta, construida sobre las antiguas instalaciones de Mercedes-Benz cerradas en 2020, representa una inversión total planificada de R$ 10 mil millones (aproximadamente US$ 1.850 millones) durante la próxima década. El proyecto se ejecutará en dos fases claramente definidas: una primera etapa de R$ 4 mil millones hasta 2026, destinada al lanzamiento de la marca y la reactivación de las instalaciones, seguida de una segunda fase de R$ 6 mil millones entre 2027 y 2032, enfocada en la generación de empleo, localización de componentes y desarrollo de nuevos productos.

El complejo industrial abarca una superficie total de 1,2 millones de metros cuadrados, con 94.000 metros cuadrados de área construida. La capacidad inicial de producción se estableció en 50.000 vehículos anuales, aunque inicialmente se había proyectado una cifra de 20.000 unidades que fue rápidamente revisada al alza. La infraestructura incluye sectores de soldadura, taller de pintura robotizada, línea de ensamblaje, sistemas de energía y una cadena de suministro integrada con sistema logístico moderno.

Creación masiva de empleos directos e indirectos proyecta impacto regional

La operación inició con una plantilla de 600 empleados, con proyecciones de alcanzar cerca de 1.000 puestos de trabajo directos hacia finales del año actual. En una etapa posterior, cuando se materialicen las exportaciones a otros países latinoamericanos, la cifra superará los 2.000 empleos directos, consolidando a la planta como un centro regional de producción y exportación.

GWM comenzó sus operaciones con tres modelos confirmados: el Haval H6 (incluyendo su versión híbrida), el Haval H9 y la pick-up Poer. El primer vehículo producido en Brasil fue un SUV híbrido Haval H6 GT de color blanco, cuyo ensamblaje contó con la participación directa del presidente Lula, quien colocó personalmente la etiqueta «Hecho en Brasil».

Centro de investigación y desarrollo fortalece la innovación tecnológica regional

La compañía anunció simultáneamente el establecimiento de su primer Centro de Investigación y Desarrollo en Sudamérica, que se ubicará en terrenos adyacentes a la planta de Iracemápolis. El centro abarcará una superficie total de 15.000 metros cuadrados, con 4.000 metros cuadrados de áreas construidas, y empleará inicialmente a más de 60 ingenieros y técnicos especializados.

El foco del centro estará puesto en el desarrollo y prueba de productos para la región, con especial énfasis en la tecnología flex-fuel y la adaptación de vehículos globales a las condiciones específicas de conducción y preferencias de los consumidores brasileños. Paralelamente, GWM avanza en la creación de alianzas estratégicas con institutos de investigación y universidades brasileñas para impulsar el desarrollo de nuevas tecnologías y fortalecer la formación profesional en distintos niveles.

Cadena de proveedores nacionales se fortalece con integración de empresas locales

La operación seguirá el sistema «parte por parte», incorporando contenido local desde el inicio, incluyendo la pintura de todos los vehículos y componentes de proveedores nacionales. Actualmente, GWM trabaja con 18 proveedores brasileños, entre ellos reconocidas empresas como Basf, Bosch, Continental, DuPont y Goodyear, mientras mantiene registradas más de 110 empresas interesadas en integrarse a su cadena de suministro.

La compañía ya se encuentra inscrita en el programa federal MOVER, que otorga incentivos fiscales a fabricantes que invierten en producción nacional e innovación tecnológica, asegurando el cumplimiento de los requisitos gubernamentales para el desarrollo industrial sustentable.

Tensiones sectoriales emergen con disputas entre BYD y automotrices tradicionales

La inauguración de GWM se produce en un contexto de alta tensión en el sector automotriz brasileño, donde el gobierno de Lula da Silva se encuentra en el centro de una disputa entre el gigante chino BYD y las automotrices tradicionales agrupadas en la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea). El conflicto gira en torno a los incentivos fiscales solicitados por BYD para importar vehículos semi-armados (CKD y SKD), reduciendo el arancel del 20% al 5%.

Empresas como Stellantis, Volkswagen, Toyota y General Motors amenazaron con cancelar sus inversiones en Brasil, alegando que esta medida pondría en riesgo US$ 32 mil millones en inversiones previstas hasta 2030 y podría generar una pérdida de hasta 50.000 empleos formales. BYD respondió con una declaración oficial desafiante: «Si los dinosaurios gritan es porque llegó el meteorito».

Respaldo presidencial marca diferencias estratégicas en política industrial

Durante la ceremonia, el presidente Lula destacó la importancia simbólica de la inversión china, contrastándola con la salida de empresas tradicionales del mercado brasileño. «Mientras una empresa estadounidense como Ford se va de Brasil, mientras Mercedes-Benz se va del estado de São Paulo, llega un fabricante de automóviles chino. Esa es la virtud de los chinos: su visión de producir y vender al otro lado del mundo, trayendo conocimiento a Brasil», enfatizó el mandatario.

Lula, quien se desempeñó como metalúrgico antes de su carrera política, participó personalmente en el ensamblaje del primer vehículo y expresó el compromiso de su administración de apoyar la expansión de GWM a otros mercados latinoamericanos. El presidente también destacó que Brasil vendía 3,6 millones de automóviles anuales cuando dejó el gobierno en 2011, cifra que se redujo a 1,6 millones cuando retornó al poder, evidenciando la necesidad de revitalizar la industria automotriz nacional.

Proyección regional convierte a Brasil en plataforma de exportación latinoamericana

Esta instalación marca la primera planta de GWM en el hemisferio sur y su tercera planta de producción a gran escala fuera de China, después de las operaciones en Rusia y Tailandia. Según Mu Feng, director ejecutivo de GWM Global, «Brasil es un mercado estratégico para GWM. Esta planta no solo facilita la producción de vehículos, sino que también impulsa la creación de empleo y el desarrollo tecnológico en todo el continente».

La estrategia de GWM contempla utilizar la planta brasileña como centro regional de exportación para toda Latinoamérica, aprovechando los acuerdos comerciales regionales y la posición geográfica estratégica de Brasil. Esta visión se alinea con las declaraciones del presidente Lula sobre la importancia de establecer «un comercio más justo en países grandes y pequeños» con «reglas establecidas» y el fortalecimiento del multilateralismo comercial.

Diferenciación competitiva frente a controversias de la competencia china

GWM aprovechó el acto de inauguración para diferenciarse de las controversias que han rodeado a su competidor chino BYD, que enfrenta cuestionamientos por presuntas condiciones laborales irregulares durante la construcción de su planta en Camaçari, Bahía. La compañía anunció que «con tan solo un año de presencia en Brasil» fue premiada como «excelente lugar para trabajar» por la consultora Great Place to Work.

El presidente Lula cerró su intervención con una declaración contundente que refleja la política industrial de su gobierno: «Las que quieran irse que se vayan, las que quieran venir las recibimos con los brazos abiertos», marcando una clara posición de apertura hacia las inversiones extranjeras que generen empleo y transferencia tecnológica en territorio brasileño.

La inauguración de esta planta representa un punto de inflexión en la industria automotriz latinoamericana, estableciendo un nuevo paradigma de competencia global con participación china significativa y redefiniendo las dinámicas comerciales regionales en el sector automotriz.