El Indicador Mensual de la Actividad Económica del Paraguay (IMAEP) consolidó un crecimiento del 6,2% en mayo de 2025 respecto al mismo período del año anterior, según informó el Banco Central del Paraguay (BCP). Este resultado permitió que la economía nacional acumule un crecimiento del 5,3% en los primeros cinco meses del año, superando las proyecciones iniciales que estimaban un crecimiento anual entre 3,5% y 4%.
Sectores motores del crecimiento económico
El dinamismo de la actividad económica paraguaya se sustentó principalmente en cinco sectores clave. Los servicios lideraron el crecimiento, impulsados por la intermediación financiera, hoteles y restaurantes, actividad comercial, transportes, servicios a los hogares, inmobiliarios y empresariales. Sin embargo, los servicios gubernamentales, telecomunicaciones y servicios de información presentaron resultados negativos.
Las manufacturas constituyeron otro pilar fundamental del crecimiento, destacándose la producción de carnes, aceites, azúcar, bebidas y tabacos, químicos, textiles y prendas de vestir, papel y productos del papel, minerales no metálicos, metales comunes, productos metálicos y maquinarias y equipos. No obstante, estos resultados favorables fueron parcialmente contrarrestados por las variaciones negativas en la producción de lácteos, cueros y calzados, molinerías y panaderías.
La generación de energía eléctrica de las binacionales mostró un crecimiento interanual positivo, al igual que la distribución eléctrica, que verificó nuevamente un desenvolvimiento favorable. La construcción exhibió un aumento interanual explicado por el mayor ritmo en la ejecución de obras tanto privadas como públicas.
Ganadería compensa parcialmente la caída agrícola
El sector ganadero registró un desenvolvimiento interanual positivo, explicado por el mayor nivel de faenamiento de vacunos y cerdos, así como por la mayor producción de leche cruda y huevos. Sin embargo, este resultado fue mitigado por el menor faenamiento de aves.
La agricultura, conforme a las últimas estimaciones de la zafra 2024/2025 del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), registró una caída interanual en mayo, explicada fundamentalmente por el menor nivel de producción de soja afectada por la sequía. Esta contracción del sector primario atenuó el dinamismo favorable de la actividad económica general.
Indicadores técnicos revelan fortaleza estructural
El IMAEP sin agricultura ni binacionales registró un crecimiento interanual del 6,5% y acumula un crecimiento del 6,3% en lo que va del año. Este indicador permite evaluar la dinámica de la economía doméstica sin la influencia de factores externos como las condiciones climáticas que afectan la agricultura o las fluctuaciones en la demanda energética de los países vecinos.
La paradoja del crecimiento: macroeconomía sólida versus microeconomía en crisis
Pese a estos indicadores macroeconómicos favorables, la realidad cotidiana de los ciudadanos paraguayos presenta un panorama considerablemente diferente. El crecimiento económico del 6,2% no se traduce en mejoras tangibles para las familias, que enfrentan un encarecimiento generalizado de productos básicos.
Los alimentos, especialmente verduras, frutas y carnes, han experimentado aumentos significativos en sus precios, generando una presión inflacionaria que afecta directamente el poder adquisitivo de los hogares paraguayos. Esta inflación alimentaria ha sido reconocida por especialistas económicos como uno de los principales desafíos que enfrenta la economía doméstica.
Combustibles y transporte público: obstáculos estructurales
El sector de combustibles ha registrado incrementos recurrentes que impactan no solo en el transporte privado sino también en los costos de producción y distribución de bienes y servicios. Esta situación se ve agravada por los problemas estructurales del transporte público, que continúa siendo deficiente en calidad y cobertura, obligando a los ciudadanos a destinar mayores recursos para su movilidad.
Desconexión entre crecimiento y bienestar ciudadano
La brecha entre los grandes números del crecimiento económico y los beneficios percibidos por el ciudadano común evidencia una desconexión estructural en la economía paraguaya. Mientras los indicadores macroeconómicos muestran un país en crecimiento, las familias paraguayyas luchan contra la erosión de su poder adquisitivo y la falta de mejoras sustanciales en su calidad de vida.
Esta situación plantea interrogantes sobre la efectividad de las políticas económicas para trasladar el crecimiento agregado hacia mejoras concretas en el bienestar de la población. Los especialistas sugieren que se requieren políticas más focalizadas que permitan que el dinamismo económico se traduzca en beneficios tangibles para los sectores medios y populares.
Desafíos: trasladar el crecimiento a una realidad cotidiana y palpable
El sostenido crecimiento económico del primer semestre de 2025 consolida a Paraguay como una economía regional resiliente. Sin embargo, el verdadero desafío radica en lograr que este crecimiento se traduzca en mejoras concretas para los ciudadanos, especialmente en términos de poder adquisitivo y acceso a servicios básicos de calidad.
La economía paraguaya deberá enfrentar en los próximos meses el reto de mantener su dinamismo mientras desarrolla mecanismos más efectivos para que el crecimiento económico se refleje en el bienestar cotidiano de sus habitantes.