La automotriz eléctrica perdió 152.000 millones de dólares en capitalización de mercado en una sola jornada, mientras la disputa política amenaza el futuro de los vehículos autónomos y los contratos gubernamentales de SpaceX.
El desplome histórico que marcó un antes y después
Tesla experimentó la peor caída bursátil de su historia este jueves, con un desplome del 14% que evaporó 152.000 millones de dólares de su capitalización de mercado en apenas unas horas. La debacle llevó a la compañía por debajo del umbral psicológico del billón de dólares, consolidando una semana negra en la que las acciones han perdido casi un 18% de su valor.
La magnitud del colapso resulta aún más dramática al considerar el contexto temporal: las acciones han caído casi un 30% en lo que va del año y se encuentran muy alejadas del máximo histórico de 488,54 dólares alcanzado el 18 de diciembre. La cifra perdida en una sola jornada supera el valor total de empresas consolidadas como Starbucks y decenas de firmas cotizantes en Estados Unidos.
La disputa que encendió la mecha: créditos fiscales y presupuesto federal
El origen de esta crisis se encuentra en el enfrentamiento público entre Elon Musk, CEO de Tesla, y Donald Trump, actual presidente de Estados Unidos, por un controvertido proyecto de ley presupuestario. La tensión escaló cuando Trump expresó públicamente su decepción con las críticas de Musk al megaproyecto fiscal, que incluye la eliminación de créditos fiscales fundamentales para la industria de vehículos eléctricos.
«Elon estaba ‘agotándose’, le pedí que se fuera, le quité el Mandato de Vehículos Eléctricos que obligaba a todos a comprar coches eléctricos que nadie más quería, ¡y simplemente se volvió LOCO!», escribió Trump en Truth Social, marcando el punto de quiebre más visible de una relación que había sido estratégica para ambos.
La respuesta de Musk no se hizo esperar: «Sin mí, Trump habría perdido las elecciones, los demócratas controlarían la Cámara de Representantes y los republicanos tendrían 51-49 en el Senado», publicó en X, subrayando su papel crucial en la victoria electoral del presidente.
El trasfondo fiscal que alimenta el conflicto
El proyecto de ley presupuestario en disputa pretende extender políticas fiscales del primer mandato de Trump, incluyendo exenciones en propinas y horas extra, pero elimina créditos fiscales que han sido pilares para el sector de vehículos eléctricos. Musk ha denunciado la falta de transparencia en el proceso, afirmando que el proyecto «fue aprobado en plena noche tan rápido que casi nadie en el Congreso pudo siquiera leerlo».
El magnate ha expresado su disposición a aceptar recortes en créditos para vehículos eléctricos, pero solo si los republicanos eliminan lo que él califica como una «montaña de grasa repugnante» en el presupuesto federal. Esta posición refleja su transición desde su rol como empleado gubernamental especial, que concluyó el viernes pasado, hacia una postura más crítica hacia la administración.
Amenazas directas al imperio empresarial de Musk
La escalada del conflicto alcanzó un nuevo nivel cuando Trump lanzó una advertencia directa que impactó inmediatamente en los mercados: «La forma más fácil de ahorrar miles de millones en el presupuesto es terminar con los subsidios y contratos gubernamentales de Elon». Esta declaración no solo afecta a Tesla, sino que pone en riesgo el ecosistema completo de empresas de Musk.
SpaceX, la joya aeroespacial del imperio Musk valuada en 350.000 millones de dólares, enfrenta particular vulnerabilidad debido a su dependencia de contratos gubernamentales. La empresa, que provee servicios críticos a la NASA y desarrolla tecnología para futuras misiones lunares, ha recibido miles de millones en financiamiento estatal que ahora podría estar en riesgo.
Impacto en los planes de robotaxis y vehículos autónomos
Más allá de las implicaciones inmediatas, la disputa amenaza los planes estratégicos más ambiciosos de Tesla. La compañía había generado expectativas con el anuncio de pruebas para un servicio de robotaxis en Austin, Texas, con el objetivo de expandirse a 20 o 25 ciudades el próximo año.
«Si se intensifica el entorno regulatorio, ese camino podría retrasarse», advirtió Dan Ives, analista de Wedbush Securities, señalando que el desarrollo de vehículos autónomos requiere un marco regulatorio favorable que ahora está en cuestión. Los inversores temen que una eventual ruptura definitiva entre Musk y Trump no priorice el desarrollo de esta tecnología clave para el futuro de la automotriz.
Starlink y las ramificaciones geopolíticas
El conflicto también pone en riesgo los avances internacionales de Starlink, la unidad de internet satelital de SpaceX. La empresa había logrado importantes avances en Medio Oriente tras visitas oficiales, y había conseguido progresos significativos en India, Pakistán y otros países, beneficiándose del respaldo político de la administración Trump.
Estos acuerdos internacionales, que forman parte de la estrategia de expansión global de Starlink, podrían verse comprometidos si se confirma una ruptura definitiva en la relación política entre ambos líderes.
La paradoja del éxito electoral convertido en crisis financiera
La ironía de la situación radica en que las acciones de Tesla habían experimentado un rally extraordinario tras las elecciones presidenciales de noviembre, cuando los inversores apostaron a una desregulación favorable al sector tecnológico y automotor. Entre noviembre y diciembre, el valor de mercado de la compañía creció más de 450.000 millones de dólares, reflejando las altas expectativas sobre la colaboración entre Musk y Trump.
Sin embargo, esta luna de miel fue efímera. Después de que Musk encabezara un panel de recorte de gastos estatales, Tesla enfrentó boicots y una caída en su imagen pública. La recuperación parcial impulsada por promesas de enfoque en robotaxis se vio brutalmente interrumpida por el shock de este jueves.
Pérdidas patrimoniales y perspectivas futuras
El colapso bursátil no solo afectó a los accionistas de Tesla, sino que golpeó directamente el patrimonio personal de Musk, quien perdió 20.000 millones de dólares en una sola jornada. Esta pérdida histórica subraya la volatilidad extrema que caracteriza las inversiones vinculadas a figuras públicas controvertidas.
Las acciones intentaron una recuperación tímida en la preapertura de Wall Street del viernes, con una subida del 5%, pero los analistas mantienen cautela sobre la sostenibilidad de cualquier rebote mientras persista la incertidumbre política.
La crisis actual plantea interrogantes fundamentales sobre la capacidad de Tesla para mantener su liderazgo en el sector de vehículos eléctricos sin el respaldo regulatorio que había caracterizado su crecimiento. El mercado observará de cerca los próximos movimientos tanto de Musk como de Trump, consciente de que esta disputa trasciende lo personal para convertirse en un factor determinante del futuro de una de las empresas más influyentes del mundo.