Apple está reorganizando rápidamente su estrategia de fabricación global como respuesta directa a los aranceles impuestos por la administración Trump, según anunció su director ejecutivo Tim Cook durante la presentación de resultados trimestrales. La tecnológica californiana se enfrenta ahora al desafío de minimizar un impacto económico de $900 millones solo en el trimestre actual debido a estas nuevas barreras comerciales.
Resultados financieros positivos antes de la tormenta arancelaria
Durante el primer trimestre natural del año (segundo trimestre fiscal para Apple), la compañía registró ingresos de $95.360 millones, un incremento del 5,1% respecto al mismo período del año anterior, superando las expectativas de Wall Street. Las ganancias alcanzaron los $24.780 millones, equivalentes a $1,65 por acción, lo que representa un crecimiento del 4,8% respecto al año anterior.
El iPhone, producto estrella de la compañía, experimentó un crecimiento en ventas del 1,9% hasta los $46.840 millones. Estos resultados ofrecen una perspectiva del rendimiento de Apple justo antes del anuncio de los aranceles radicales en abril, que provocaron inicialmente una caída del 23% en el valor de sus acciones, erosionando temporalmente $773.000 millones del patrimonio de sus accionistas.
Estrategia de diversificación geográfica para evadir aranceles
La respuesta estratégica de Apple no se ha hecho esperar. Cook reveló que «la mayoría de los iPhones vendidos en Estados Unidos en el trimestre fiscal actual provendrán de India», mientras que los iPads y otros dispositivos como Apple Watch y AirPods serán fabricados en Vietnam. Esta medida busca esquivar los aranceles del 145% sobre productos fabricados en China que ha impuesto la administración Trump.
Las fábricas chinas, sin embargo, continuarán operando a plena capacidad para abastecer los mercados fuera de Estados Unidos, incluyendo Europa y otras regiones asiáticas donde Apple registró crecimiento en ventas durante el último trimestre.
$900 millones en pérdidas trimestrales
A pesar de estos movimientos estratégicos, Cook reconoció un impacto económico devastador: «Para el trimestre actual, asumiendo que las cosas no cambien, Apple espera ver 900 millones de dólares agregados a sus costos como resultado de los aranceles». Esta cifra corresponde únicamente al trimestre que finalizará en junio de 2025, lo que sugiere que el impacto anual podría superar los $3.600 millones si las condiciones arancelarias se mantienen.
Los analistas señalan que aunque la empresa tiene suficiente margen de maniobra para absorber estos costos adicionales a corto plazo, el impacto acumulativo podría afectar significativamente la rentabilidad de Apple si la situación se prolonga.
Desafíos en el mercado chino
Mientras Apple reorganiza su cadena de suministro global, enfrenta simultáneamente dificultades en el mercado chino. Los ingresos en la región de la Gran China cayeron un 2,3%, hasta los $16.000 millones durante el trimestre, continuando una tendencia preocupante para la compañía en uno de sus mercados más importantes.
Esta contracción contrasta con el crecimiento experimentado en América, Europa y el resto de Asia, sugiriendo que Apple enfrenta retos específicos en el mercado chino más allá de las tensiones comerciales con Estados Unidos.
Acercamiento diplomático a la administración Trump
Cook parece estar empleando la misma estrategia diplomática que le permitió evitar que el iPhone fuera afectado por los aranceles durante el primer gobierno de Trump. El CEO ha buscado mantener una relación cordial con el presidente, organizando reuniones privadas y haciendo donaciones personales significativas.
Adicionalmente, Apple anunció planes para invertir $500.000 millones en Estados Unidos y contratar a 20.000 trabajadores durante los próximos cuatro años, una movida que podría interpretarse como un intento de alinearse con la agenda económica de la administración actual.
Retos logísticos y de calidad en India
El traslado de la producción de iPhones destinados al mercado estadounidense desde China hacia India representa un desafío logístico y de control de calidad considerable. Aunque Apple ha estado fortaleciendo su cadena de suministro en India durante los últimos siete años, la compleja logística de un traslado de tal envergadura probablemente no se completará hasta el próximo año como mínimo.
Los especialistas del sector cuestionan si las fábricas indias podrán mantener los estándares de calidad establecidos en China, donde Apple invirtió considerables recursos para controlar la cadena de producción tras enfrentar críticas en las primeras generaciones del iPhone.
Posible aumento de precios para compensar pérdidas
Una de las grandes incógnitas es cómo absorberá Apple el incremento de costos y si lo trasladará a los consumidores. Existe una creciente especulación sobre un inminente aumento en el precio del iPhone, posiblemente coincidiendo con el lanzamiento de la próxima generación del dispositivo.
Si bien Apple podría optar por absorber parcialmente estos costos adicionales para mantener su competitividad, el impacto de $900 millones por trimestre hace poco probable que la empresa pueda sostener su estructura de precios actual a largo plazo sin afectar sus márgenes de beneficio.
Perspectivas sombrías
A pesar de que Cook manifestó confianza en el negocio de Apple, las acciones de la compañía cayeron $5,81, o 2,7%, a $207,51 en operaciones posteriores al cierre tras la presentación de resultados, lo que refleja preocupación entre los inversores sobre el impacto de estos cambios.
La capacidad de Apple para navegar estas aguas turbulentas dependerá no solo de su habilidad para reorganizar su cadena de suministro global, sino también de factores externos como la evolución de las políticas comerciales de EE.UU. y la posible respuesta de China a estas medidas, en un entorno geopolítico cada vez más complejo para las multinacionales tecnológicas.