En un contexto global marcado por la creciente rivalidad entre grandes potencias, China ha intensificado sus esfuerzos en dos frentes claves: el fortalecimiento de su aparato militar y la reconfiguración de su estrategia económica. El gasto militar de Pekín ha experimentado un importante aumento, lo que refleja sus aspiraciones de mantenerse a la vanguardia en un mundo donde las tensiones geopolíticas no dejan de escalar. Al mismo tiempo, la guerra comercial con Estados Unidos y los desafíos económicos internos también han motivado un reajuste en su enfoque hacia el comercio y la inversión.
Aumento del presupuesto militar: China busca mantener el ritmo con las potencias globales
China ha anunciado un incremento del 7,2% en su presupuesto de defensa para 2025, lo que representa una inversión de 230.000 millones de euros. Este ajuste se alinea con las tendencias de los últimos dos años, lo que subraya la determinación del gobierno de Pekín de modernizar y expandir su fuerza armada. Aunque la cifra oficial es considerable, algunos analistas sostienen que el gasto real en defensa podría ser mucho mayor, alcanzando los 660.000 millones de euros, más cerca de los presupuestos de los principales actores militares como Estados Unidos y la Unión Europea.
La inversión en defensa no solo está dirigida a la modernización de equipos y la mejora de la capacidad operativa del Ejército Popular de Liberación (EPL), sino también a una serie de ejercicios militares que refuerzan su presencia en el Pacífico y alrededor de Taiwán, la isla autónoma que sigue siendo un punto de fricción con el régimen chino. Durante la reciente apertura de la Asamblea Popular Nacional, el primer ministro Li Qiang hizo énfasis en la importancia de la «preparación para el combate», un concepto que resuena con el discurso habitual de Xi Jinping, quien ha liderado una reforma significativa para fortalecer las capacidades militares del país.
Una fuerza militar en ascenso
El ejército chino ha sido reconocido por su considerable capacidad naval, con una flota de 370 buques de guerra, superando a los 297 de Estados Unidos. La modernización de la fuerza aérea es otro pilar clave del crecimiento militar chino, especialmente con el desarrollo de cazas furtivos y la expansión de su tecnología en drones, que le permiten acercarse a los estándares estadounidenses. Además, la nación asiática continúa ampliando su arsenal nuclear, con una proyección que apunta a superar el millar de ojivas nucleares en los próximos años, lo que representa una amenaza tanto para Estados Unidos como para sus aliados.
No obstante, aunque la tecnología china avanza rápidamente, algunos expertos destacan la falta de experiencia en combate como un punto débil del ejército. A pesar de esto, el poder militar chino está en una curva de ascenso notable, reduciendo gradualmente la ventaja de Estados Unidos, sobre todo en áreas como la aviación y las fuerzas marítimas.
Estrategia económica: adaptarse al nuevo orden global
La guerra comercial con Estados Unidos ha tenido un impacto significativo en la economía china, y Pekín se ha visto obligado a redirigir sus relaciones comerciales para contrarrestar los efectos de los aranceles impuestos por la administración Trump. A pesar de las tensiones comerciales, China ha reforzado su presencia en el comercio internacional, incrementando sus acuerdos con más de 30 países y buscando diversificar sus fuentes de importación. El país asiático ha comenzado a abastecerse más de Sudamérica, Europa y otras regiones en lugar de depender de las importaciones agrícolas de Estados Unidos, lo que alterará los flujos comerciales globales.
En términos de estrategia interna, el gobierno chino ha apuntado a fortalecer la demanda del consumidor y la inversión empresarial. Con un objetivo de crecimiento de entre el 4,6% y el 4,8% para 2025, Pekín está tratando de impulsar su economía mediante un «plan de acción especializado» que promueva el consumo y mejore las condiciones de vida de su población. En este contexto, se prevé un aumento en la inversión pública en sectores clave como la educación, la salud y la seguridad social.
Tecnología y autosuficiencia como impulso industrial
China está apostando por la innovación y el desarrollo tecnológico para asegurar su futuro económico. Con una inversión significativa en sectores emergentes como la biotecnología, la inteligencia artificial (IA) y la tecnología cuántica, Pekín está decidido a reducir su dependencia tecnológica de Estados Unidos y otras potencias. A través de un incremento en el presupuesto para ciencia y tecnología, el gobierno chino ha señalado su intención de convertirse en un líder global en innovación y manufactura avanzada. Se prevé un fuerte impulso a las industrias del futuro, como los vehículos autónomos y la fabricación de robots, impulsados por la inteligencia artificial.
La industria de los semiconductores y el desarrollo de redes 6G son también áreas prioritarias para China, que busca consolidarse como una potencia autosuficiente en tecnología avanzada, reduciendo su vulnerabilidad a las restricciones y sanciones externas.
Respuestas a la guerra comercial: negociaciones y nuevas oportunidades
A pesar de las tensiones crecientes con Estados Unidos, China ha reiterado su disposición a negociar y resolver las disputas comerciales de manera pacífica. El ministro de Comercio, Wang Wentao, ha subrayado que las amenazas y la coerción no lograrán desviar a Pekín de su curso. Al mismo tiempo, ha resaltado la fortaleza de la economía china, que, como principal socio comercial de 140 países, tiene múltiples opciones para diversificar sus relaciones comerciales.
El incremento de los aranceles por parte de Estados Unidos y las políticas restrictivas hacia la tecnología china no han disuadido a Pekín de seguir adelante con su agenda económica y comercial. De hecho, China sigue ampliando sus relaciones con mercados alternativos, promoviendo el comercio en áreas como la agricultura, donde está incrementando las importaciones de productos desde América del Sur y Europa, en detrimento de los proveedores estadounidenses.