Las estimaciones de producción de soja en Paraguay han sido ajustadas a la baja por consultoras internacionales y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), lo que genera inquietud en el sector agroexportador del país. Factores climáticos adversos, como la irregular distribución de lluvias y las altas temperaturas, han impactado negativamente en los cultivos, reduciendo significativamente las expectativas de rendimiento.

Nueva proyección de cosecha: 8,7 millones de toneladas

Según la consultora brasileña AgResource, la cosecha de soja en Paraguay para la campaña 2024/2025 alcanzará aproximadamente 8,7 millones de toneladas, una reducción considerable frente a los 10,7 millones de toneladas que había proyectado inicialmente el USDA. Esta caída representa una merma del 18,6 % en las expectativas de producción, lo que podría afectar los ingresos por exportaciones y el desempeño de la economía nacional.

Los productores han manifestado su preocupación, ya que la disminución de la producción no solo afecta los volúmenes exportables, sino también el flujo de divisas que el país recibe por este rubro, uno de los principales motores de la economía paraguaya.

Factores climáticos afectan el rendimiento del campo

El clima ha sido un factor determinante en la reducción de la cosecha. La sequía prolongada y las altas temperaturas han impactado negativamente en el desarrollo de los cultivos, especialmente en regiones clave como San Pedro y Canindeyú. Además, la distribución irregular de las lluvias ha generado dificultades para mantener la humedad en los suelos, lo que ha afectado el rendimiento esperado.

Las proyecciones para la zafriña (segunda cosecha) también están en riesgo debido a las condiciones climáticas desfavorables, lo que podría agravar aún más la situación de los productores.

Diversificación productiva como estrategia de mitigación

Ante este panorama adverso, algunos productores están explorando estrategias de diversificación productiva. En departamentos como San Pedro, los agricultores han comenzado a invertir en ganadería y reforestación, buscando reducir su dependencia de la soja y adaptarse a las nuevas condiciones climáticas.

El impacto de la caída en la producción de soja no solo afecta al sector agrícola, sino también a industrias relacionadas, como la logística, el comercio de insumos agrícolas y el transporte. En este contexto, el Gobierno y los gremios agropecuarios evalúan medidas para mitigar el impacto económico y fortalecer la resiliencia del sector productivo.

A medida que avanza la campaña, los productores paraguayos se enfrentan a un escenario desafiante que pondrá a prueba la capacidad del sector para adaptarse a las condiciones climáticas y del mercado.