Susie Wiles, conocida en el entorno político como la “doncella de hielo,” es la estratega que ayudó a Donald Trump a asegurar su segunda presidencia. A los 66 años, Wiles ha demostrado su habilidad para operar en las sombras, controlando cada detalle de las campañas de Trump sin buscar protagonismo. A pesar de su perfil discreto, su capacidad como estratega política es indiscutible y ha sido fundamental para consolidar el liderazgo de Trump en el Partido Republicano.
Wiles, la primera mujer en asumir el rol de jefa de gabinete de un presidente estadounidense, se ha ganado tanto respeto como temor entre sus colegas. Su estilo combina “amabilidad sureña” con una firmeza implacable, lo que la convierte en una de las figuras más respetadas en la política estadounidense. Desde su papel en la campaña de Trump en 2016, ha sido una pieza clave en el círculo íntimo del expresidente, imponiendo disciplina y orden en Mar-a-Lago, su residencia en Florida. Wiles ha aplicado una filosofía pragmática: “dejar que Trump sea Trump,” permitiendo que su retórica mantenga el respaldo tanto de la élite empresarial como de los sectores más conservadores del partido.
Nacida en Nueva Jersey, Susie Wiles ha estado vinculada a la política republicana desde sus inicios. Empezó en la campaña presidencial de Ronald Reagan en 1980 y luego trabajó en su administración. Su influencia no se limita a Trump; también ha sido clave en campañas de figuras como Rick Scott, gobernador de Florida en 2010, y Jon Huntsman en 2012. Aunque su relación con el gobernador Ron DeSantis se deterioró en 2018, su regreso en 2020 mostró su resiliencia.
Hija del exjugador y comentarista Pat Summerall, quien sufrió de alcoholismo, Wiles tuvo una infancia compleja. Su habilidad para manejar el control en momentos de crisis parece estar influenciada por su vida familiar. Hoy, Wiles enfrenta el desafío de mantener cohesión dentro del equipo de Trump en un contexto de alta polarización.